Conocido como el maestro Salustiano Tapias, con sus pantalones manchados de polvo y pintura, hizo reír por cerca de una década a los colombianos, mucho antes de celulares o Netflix.

Aunque su hijo heredó parte de su físico y su nombre, hasta ahora no le conocíamos sus dotes histriónicas. Néstor Humberto Martínez Neira ha mostrado que el humor sí se hereda.

Así, la semana pasada, con gran seriedad, salió con un extraño cuento, con un chiste poco gracioso: “la campaña de Santos recibió un millón de dólares de parte de Otto Bula”.

Bula, este exsenador relacionado con esa mafia de origen brasilero, de esa palabra que nadie sabe cómo se pronuncia, pero todos han convertido parte de léxico diario: Ordebrecht.

Como me explicaba un amigo cuentero, los humoristas tienen que probar las historias antes de llevarlas a un escenario. Y eso parece que fue lo que hizo Martínez.

Ya que el primer cuento no gustó, especialmente al círculo cercano de Santos, el fiscal decidió cambiar su versión. Y es más lo que hizo este importante funcionario, que hay que recordar fue presentado a la terna por el mismísimo presidente Juan Manuel Santos.

Las cartas, a la manera del soplete del cuentahuesos, mostraron dos historias totalmente diferentes. Con voz pausada y poco sentido del humor, Néstor Humberto habló de manera enfática expresando que la campaña de su mentor, el presidente Santos, había recibido 1 millón de dólares. La figura de la justicia, con los ojos vendados y la pesa, llevó a que el fiscal se sintiera adalid de la ecuanimidad y el equilibrio.

Y como suele ocurrir en nuestro país, el tema central de esta discusión llevó a que los testimonios de Bula, que salpicaban a las dos campañas presidenciales del 2014, terminaran en manchar casi que única y principalmente a la de nuestro actual mandatario.

Como lo propone Woody Allen, hay que aprender a reírse de nosotros mismos, y eso hace que todas estas historias parezcan una especie de chiste, de ejercicio de cuentería. Por lo que al final, como ocurre con los chistes flojos, todo pasará pronto al olvido.

Por eso como decía Alfonso Lizarazo, el primer presentador de Sábados Felices, “la próxima semana más cuentachistes”. Un lema que a lo largo de los últimos casi 50 años no solo ha acompañado este programa sino los eventos cotidianos de este país.

Gracias doctor Néstor Humberto. Sin duda, usted heredó el humor de su padre y el país tiene así la oportunidad de alivianar esas historias graves y dramáticas.

Mientras tanto Bula y Ordebrecht, han sido remplazados por la propuesta de los periodos de cinco años para los cargos públicos, y la votación a partir de los 16.

Los nuevos cuentos cambian la guerra de las Farc; por lo que medios y autoridades terminan girando su visión hacia un problema tal vez más o tan profundo, como es el de la corrupción. Difícil reír de temas tan complejos; pero los colombianos tenemos esa extraña capacidad de sacarle gracia hasta a la misma muerte.

LO ÚLTIMO