El error llamado dequeísmo se da cuando a un verbo de atribución se le agrega la preposición de, Dijo de que no / Cree de que sí / Piensa de que tal vez. En los tres casos sobra el de.

El error contrario, la dequefobia o queísmo, se da en los dos siguientes casos:

1. Cuando se elimina la preposición de después de sustantivo: El hecho que no haya venido / La esperanza que venga / A pesar que la esperaban todos. En los tres casos falta la preposición de.

Observe cómo nadie quitaría de si no apareciera enseguida que: El hecho no haber venido / La esperanza su regreso / A pesar la espera de todos.

Las formas correctas son: El hecho de no haber venido y El hecho de que no haya venido (ambas con de) / La esperanza de su regreso y La esperanza de que venga (ambas con de) / A pesar de la espera de todos y A pesar de que la esperaban todos (ambas con de).

2. Cuando se elimina la preposición de en verbos cuyo complemento de materia la exige: Se quejaron que no los atendieran / Está segura que la contratarán / Se olvidaron que hoy vencía el plazo. En los tres casos falta el de.

Para establecer cuándo va de que después del verbo y cuando no, hay una fórmula bien conocida y sencilla: No va de cuando al decir el verbo se pregunta ¿qué?, y va de cuando al decir el verbo se pregunta ¿de qué?

Ejemplos: Me contaron / les ofrecieron / se entregó. Lo que se pregunta en estos tres casos es ¿qué?, por lo que no hay de, Me contaron que habían ganado / Les ofrecieron puesto / Se entregó un informe.

En cambio, Se acordaron / Se arrepintió / Estaba convencida suscitan la pregunta ¿de qué?, en consecuencia de lo cual va la preposición de, Se acordaron de que esa era la fecha o Se acordaron de la fecha / Se arrepintió de que se le hubiera salido la piedra o Se arrepintió de su explosión / Estaba convencida de que la premiarían o Estaba convencida de su superioridad.

También es lícito el de que con los adverbios antes / luego / después, Cómprelo antes de que se agote / Llámeme luego de que salga / Firme después de que lea todo con atención.

(Del libro de próxima aparición Dígalo sin errores 2017, Fernando Ávila, Fundación Redacción).

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