Zipaquirá, conocida por su mina de sal y la catedral que encierra la montaña, ubicada a 2.650 metros, se ha convertido en un agradable espacio para vivir.

Frente al crecimiento de Bogotá, la antigua ciudad del Zipa o cacique, servirá para acoger a la cada vez más creciente población de la mayor metrópoli colombiana.

Y así, al salir de esa mágica cueva, aparece una urbe en constante desarrollo, que poco a poco, regresa el esplendor a una tierra digna para la vivienda de los zipas, de los caciques, de los reyes y nobles muiscas que poblaron los espacios maravillosos del que Jiménez de Quezada denominó “Valle de los Alcázares”.

Es Zipaquirá, una ciudad a 25 kilómetros de la capital, que tiene las características económicas y comerciales para ser la principal ciudad de la llamada zona centro de la región. Con una población de 125.000 habitantes, en un área de 197 kilómetros cuadrados, tiene toda la infraestructura de servicios y las condiciones que la convierten en un polo de desarrollo del departamento de Cundinamarca.

Además, con la implementación del tren de la sabana, que se convierte en una buena alternativa para conectar a Bogotá y la ciudad del norte de la sabana. Un proyecto que ya va siendo viable, al transportar a 500 estudiantes, que lo utilizan para acceder, de manera cómoda y efectiva, a las diferentes universidades de la zona, como la Sabana, la Militar y la Manuela Beltrán, que brindan además de un campus con todas las condiciones académicas, unos espacios verdes y áreas deportivas, que cumplen con el adagio que dice “mente sana en cuerpo sano”.

Por eso se entiende que la compañía CMS+GMP, con el sugestivo nombre de “Reserva de la sabana, la Nueva Tierra”, comience la labor de urbanizar una zona de expansión del municipio.

El proyecto tendrá siete manzanas, cinco de las cuales estarán destinadas al desarrollo de vivienda multifamiliar de siete pisos con ascensor, una a locales comerciales y otra al área de servicios; no solo para la ciudadela sino para la ciudad de Zipaquirá. Todo ello redundará en calidad de vida y esparcimiento para los habitantes, de la que se puede describir como una ciudad dentro de la ciudad.

Otra zona que se ha convertido en un importante jalonador industrial, es la autopista del norte, donde poblaciones como Tocancipá son sedes de grandes bodegas y plantas manufactureras, que sirven de sede para miles de trabajadores, tanto profesionales como técnicos y obreros. Es así como gracias a los beneficios tributarios de la zona franca que se construyó en el municipio, y que está desarrollada en un 65%, los habitantes y vecinos de Zipaquirá tendrán un creciente mercado laboral.

Este complejo empresarial, donde se construyó la planta de Femsa, embotelladora de las bebidas de la marca Coca Cola, ocupa 27 hectáreas y genera 150 empleos directos. Allí se han establecido, además, empresas como Koba, matriz de los almacenes D1, y Cervecería Bavaria, que tienen sus plantas de producción en este lugar, que cuenta con excelentes vías de comunicación y todos los servicios necesarios.

En el proyecto urbanístico se establece que la manzana uno contará con zonas verdes de más de 9.400 m², dispuestas para el disfrute de sus habitantes; sin barreras de parqueaderos a nivel, ni los gases contaminantes que emiten los vehículos. Tendrá, además, una red de senderos peatonales con aproximadamente 686 metros lineales, debidamente adoquinados, rodeados de vegetación y geométricamente diseñados para que el peatón tenga diferentes visiones de su entorno.

Otra experiencia para realizar ejercicio o movilizarse dentro de la urbanización, será la de la  red de ciclo rutas internas que, con alrededor de 551 metros, permitirá a los vecinos disfrutar de otra manera su urbanización.

El entretenimiento es uno de los principales objetivos de esta ciudadela. Es así como los niños contarán con cuatro parques infantiles que, dotados con mobiliario para las distintas edades y etapas, servirán para el esparcimiento de los pequeños, sin que se pierda el contacto visual de sus padres.

En cuanto a los espacios interiores, se construirá un “club house”, donde los usuarios del condominio tendrán salones de reuniones, tres zonas de BBQ., una piscina, depósitos, sala de proyecciones, un espacio interactivo, gimnasio, cocineta, salón de juegos para niños, salón comunal, baños y oficina de administración. Así, “la Nueva Tierra” permitirá que sus habitantes no dependan de la capital para adelantar sus actividades diarias.

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