El llamado periodismo de farándula ha sido siempre vilipendiado por considerarse superfluo, carroñero, amarillista, carente de ética, entre un sinfín de señalamientos nada halagüeños que lo convierten en la cenicienta metiche, malquerida y morronga, esa que tira la piedra y esconde la mano, pero en últimas viene siendo el mal necesario de los famosos.

En Colombia, a diferencia de otros países ese llamado periodismo de entretenimiento es liviano, casi inocuo, si lo comparamos con el que se hace en  países faranduleros como México, España y Estados Unidos,  donde los límites de la ética periodística se trasgreden flagrantemente tras el ansia de esa “chiva” que venda una revista, o suba como espuma el rating de un programa de TV,  sin importar los daños colaterales que ocasione una determinada publicación, donde la intimidad de un famoso se ventila sin aspaviento y muchas veces sin el rigor de una concienzuda investigación, irresponsablemente la noticia se soporta en meras especulaciones o fuentes anónimas , lo que origina millonarias demandas en contra de los medios o el periodista calumniador.

Sin embargo, pese a la tirante relación existente entre los famosos y el periodismo de entretenimiento, hay etapas de meloso flirteo claramente establecidas en épocas de lanzamientos musicales, por la necesidad de mantenerse vigentes en etapas de prolongados recesos laborales o simplemente por generar buenos ingresos adicionales al dar la primicia de una boda, el nacimiento de un primogénito o un romance ficticio o real.

El artículo continúa abajo

Los choques entre periodistas del espectáculo nacional y famosos colombianos se cuentan en los dedos, quizás el más sonado y con eco aun después de transcurridos los años, sigue siendo la publicación de un video sexual explícito de una reconocida actriz por parte de la periodista conocida como “la negra candela”, la llamada reina del chisme.

Actualmente en la TV nacional sobrevive ‘La red’, un programa de farándula y chismes, sujeto a todo tipo de señalamientos por parte de la teleaudiencia, donde se trasluce el sentimiento homofóbico por la orientación sexual que ostentan sus presentadores masculinos y el reclamo a sustituirlo por contenidos verdaderamente edificantes. Sin embargo su rating es medianamente aceptable, lo que probaría que de cierta manera a la gente le gustan esos temas frívolos y que escudriñan en la vida de los famosos, por algo es TV&Novelas una de las revistas más vendidas en Colombia.

Lo que observamos en la última década inherente al periodismo de espectáculos es que viene en una palpable y abrumante decadencia, perdió la brújula en el océano de lo estúpido y otorga la razón a sus arraigados detractores, pues se ha convertido en un medio abiertamente carroñero y amarillista y patéticamente banal, donde cualquier flatulencia de famoso es primicia, hay medios populares como TV NOTAS México donde su especialidad actual es mostrar los miembros viriles de los famosos, la gran mayoría parecen estar pagados por las Kardashian, reiterativamente sus temas primicia se centran en sandeces que dan grima.

El cuestionamiento que queda por formular a los colegas, ¿es posible ejercer el periodismo de entretenimiento de una manera seria, profesional y ética? o estaremos condenados quienes tocamos ese tema a cargar el INRI vitaliciamente, por obra y gracia de algunos cuantos que contribuyen con sus salidas en falso a la decadencia total.

LO ÚLTIMO