La reforma tributaria, presentada al Congreso por el gobierno, perjudicará a las capas medias y sectores populares en toda la sociedad, así hayan votado por el Sí, por el NO, o se hayan abstenido en el  Plebiscito del 2 octubre.

Por eso, el Comando Nacional Unitario, conformado por las centrales obreras CGT, CUT y CTC, después de las movilizaciones en todo el país del pasado 27 de octubre está convocando para una gran jornada de protesta el 17 de noviembre, para exigir que la lesiva carga tributaria que traerá la nueva ley sea retirada o concertada con los diferentes sectores sociales.

Las marchas del 17 se deben enfocar básicamente en contrarrestar los efectos nocivos de la reforma tributaria, superando los paradigmas que sobre la paz ha querido usar el Gobierno, para que la protesta social sea invisibilizada y que la ciudadanía se olvide de su situación económica de apremio, porque más del 99% de la población colombiana anhela la paz, y solo un exiguo grupo quiere la guerra siendo indudablemente enemigos de la paz que defienden sus intereses mezquinos. Dentro de estos están los vendedores de armas, los narcotraficantes y las guerrillas narco-marxistas que quieren tomarse el poder por toda la eternidad, de ahí que buscan que el acuerdo con el gobierno sea a la medida de sus intereses para que se les facilite sus abyectos objetivos.

Con la reforma tributaria que quiere implementar el gobierno se aumentara la inflación al pasar el IVA del 16% al 19%. No hay que olvidar que con esos nuevos impuestos se reduce el consumo, al reducirse el consumo se baja la producción, con lo cual se afectan las exportaciones aumentando el hueco fiscal, conduciendo al país a una recesión, incrementándose el endeudamiento y la pobreza.

El gobierno está dedicado a complacer a la banca multilateral y a la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) para que Colombia pueda ser parte de ese club, y de paso evitar que las calificadoras de riesgos  internacionales le bajen el rango a la nación, y así evitar la subida de los intereses, lo que se conoce como el servicio de la deuda.

La reforma tributaria traerá otro “aguinaldo” con un monotributo para los pequeños comerciantes que los puede llevar a  la ruina, y también  como ñapa las personas naturales con  ingresos superiores a $ 2.750.000 tendrán que declarar renta; por  lo cual vale la pena aclarar que un trabajador que tiene las prestaciones de ley con otras prerrogativas o hace parte de  una convención colectiva, tendría que declarar renta con un salario básico cercano a $1.500.000.

La reforma tributaria regresiva creará un impuesto de $300 por litro de bebida azucarada, lo que perjudica en gran medida a los sectores populares que verán que con sus escasos ingresos no podrán consumir dichos productos. Por ese aumento, amén de un impuesto a los combustibles de $135 y $200 en el precio de la gasolina y el diésel,  se encarecerá el transporte de los artículos de primera necesidad.

A lo anterior se puede agregar el cierre en el futuro de algunos medios de comunicación especialmente impresos  como periódicos y revistas, pues tendrán que pagar IVA del 5%. En cambio se les disminuye la carga tributaria a grandes empresas a las transnacionales y a los grupos económicos.

Así las cosas es indudable que hay que superar las vanas ilusiones vendidas por el gobierno de Santos, participando en la movilización nacional sindical y social que se llevara a cabo el 17 de noviembre en contra de la reforma tributaria, porque no se puede confundir la firma del fin del conflicto político militar entre el gobierno y las Farc que es parte de la paz política, con la paz social que está lejos para  los sectores populares, ya que las políticas agresivas del gobierno aumenta el conflicto social, que se soluciona únicamente concertando entre las organizaciones sindicales y sociales con el gobierno, porque hay que reiterar que las bandas armadas narco-marxistas de las Farc y el Eln no representan al pueblo y por ello no lo pueden suplantar.

La movilización social y popular es el camino para abortar o hacer cambiar la nefasta reforma tributaria, por lo que se le debe exigir a los parlamentarios su voto negativo en contra de ese proyecto tal como está presentado.

Entonces la población debe acudir a  la jornada de protesta del 17 de noviembre, con la plena conciencia de que si pasa la iniciativa del gobierno el aumento de la miseria será incontrolable. El Comando Nacional Unitario le presentó un pliego de  peticiones de 15 puntos al gobierno  en el mes de marzo,  que harán parte de las exigencias  en las movilizaciones de este mes de noviembre, porque no ha habido ninguna respuesta de  parte del ejecutivo.

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