Es verdad que la situación no es la mejor con ‘Nairoman’, pues luego de correr el Giro de Italia, tiene muchos kilómetros encima, a diferencia del favorito de siempre, Chris Froome, que está fresco y ya se enfundó la camiseta amarilla del líder.
Los malos augurios aumentan porque en la primera etapa de alta montaña a Nairo no se le vio fuerte. ¡Pero es la primera! Quedan dos semanas y media en la que muchas cosas pueden suceder.
Con el renacer del ciclismo en Colombia, también volvió la atención de los aficionados criollos en este deporte, pero como comúnmente sucede con todo en el país, con medio triunfo ya hacen fiesta y con el asomo de derrota condenan a los deportistas al cadalso.
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No quiere decir que vaticinar que a Nairo le va a ir mal sea algo antipatriota, pero hacer esta clase de afirmaciones desde tan temprano es algo imprudente.
Una de las principales virtudes que hay que tener en el ciclismo es la calma, la misma que deberían tener los aficionados y desde luego nosotros los periodistas.
Sé que es muy difícil ver a Nairo cuando va con su cara de póker en la montaña y generalmente solo se decide a atacar hasta el final. Pero ese es el estilo que más utiliza y que le ha funcionado.
Obviamente, el colombiano sabe que el recorrido del Tour en este 2017 solo tiene tres finales en alto y ya pasó uno, por lo que sí o sí tendrá que atacar a la distancia.
“Tenemos que ser atrevidos”, reconoció el boyacense antes de que comenzara esta edición de la ‘Grande Boucle’. Esas palabras todavía me rondan en la cabeza y son las que no me dejan perderle la fe.
Más que ningún hincha o periodista, ‘Nairoman’ sabe de su deporte, de estrategias y de su real condición física para la carrera.
Lógicamente, el ciclista no habría querido perder esos segundos (54 en total) en el principio con respecto a Froome, pero tampoco es que esa cantidad no estuviera dentro de lo presupuestado. En la contrarreloj de la primera etapa las predicciones eran que Nairo iba a estar más retrasado, pero sorprendió y solo estuvo 36 segundos detrás del británico.
El superhéroe de la bicicleta seguro tendrá un plan para revertir la situación e intentará lograr su anhelado sueño amarillo. Si no lo consigue, no importa, habrá muchas más oportunidades y en una de esas lo concretará. Ojalá sea en esta. Y fresco, para cuando gane el bus de la victoria tendrá la puerta abierta para que se vuelva a subir.
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