¡Buenas y santas!

Como bogotanos, hemos sido víctimas de cualquier tipo de vejámenes propios de la ciudad. Es pertinente preguntarnos si esa ciudad, de por dios santísimo, tiene algún tipo de salvación o si estaremos a merced de un cataclismo cósmico que destruya todo a su paso con una lluvia de fuego y azufre o nos deje convertidos en efigies de sal.

A continuación menciono algunos de los tantos problemas que padece la capital y que emberracan a cualquier persona que se encuentre a dos mil seiscientos metros más cerca del milagrito del metro.

La inseguridad es la quintaesencia de los problemas que la ciudad padece. Es causada por las altas tasas de desigualdad que se evidencian en la ciudad. Como bogotanos no podemos darnos el lujo de pasearnos muy orondos con un computador portátil, el más reciente equipo lanzado por las compañías de celulares o un auto de gama media.

Ah no. Cómo estaremos de mal que a mí me robaron hace un tiempo un MP4 de marca genérica y que provenía directamente de la Republica Popular de China. Con esa información ya se puede inferir la calidad y el costo de un adminículo de esos. Desde que lo adquirí se podía entrever que la vida útil del bendito aparato no iba a ser muy larga.

Lo grave no es que se lleven las cosas, lo verdaderamente complejo es que uno puede terminar muerto por baratijas de 5 mil o diez mil pesos. Y usted se puede preguntar ¿por qué no meten a la guandoca a todos esos forajidos?

Bueno la respuesta es sencilla y es que no hay dónde. El sistema carcelario está tan llevado por la corrupción y el hacinamiento es tal que los jueces optan por liberar a estos majaderos arguyendo  un mal mayor. Ah pero eso sí,  cuidadito usted llega a defenderse de los maleantes porque el que puede terminar preso y extraditado por narco terrorismo como miembro de ISIS es usted.

La desintegración del llamado Bronx, (no confundir con el condado del estado de Nueva York) constituye nada más que unos paños de agua tibia para combatir la inseguridad, el narcotráfico y la indigencia que imperan en el sector. No van a tardar en formar el cuins, el bruclin o el manjatan  en otro punto a pocos metros de distancia.

La movilidad de la ciudad es algo caótico. La ciudad colapsó y no tiene vías suficientes para albergar a vehículos, taxis, motos, bicitaxis, Uber, etc. La medida del pico y placa ha demostrado ser muy poco eficaz para disminuir el tráfico. El Transmi es un hervidero de animales y bestias; no es más que vea la cara de la gente cuando trata de coger puesto cuando viene un bus vacío.

Poco o nada cambia el panorama al movilizarse en carro, Transmilenio, taxi, Uber o Sitp y resulta siendo lo mismo en horas pico pues todas las vías colapsan. En mi época de estudiante podía dormir (soy de esas personas que se queda dormido en cualquier lado) más de una hora y aun así haber avanzado poco menos de 500 metros en mi recorrido a la casa.

Sumado a esto el servicio de los taxistas no es que sea el mejor, ni mucho menos, y no permiten que nuevas tecnologías como Uber ayuden a descongestionar las calles. (Eso sí, Uber y todas las aplicaciones deben ser reguladas y pagar un impuesto equivalente al que pagan las empresas de taxis para el llamado cupo y poder tener el derecho a prestar su servicios).

La piratería  es una industria próspera y boyante. A todos nosotros nos gusta comprar el último celular con 80% de descuento o la botella de Whisky rebajada a la mitad. O sin ir más lejos nos cautiva comprar las partes de vehículos a precio de huevo; que conocemos un señor que nos las deja baratisisisisisisisisisisisisisisisiisisisisisisisisiimas. Bueno, al hacer estas compras fomentamos el hampa de la que tanto nos quejamos y sin querer queriendo terminamos financiando al raponero que nos está esperando al otro lado del puente peatonal.

Dice la leyenda que en los San Andresitos usted puede encontrar desde pequeñas cantidades de drogas, joyas y ropa de marca hasta armamento anti- aéreo. Imagínese usted cargando un lanzamisiles en el transporte público bogotano; con lo llenos que vienen los buses, capaz que se le dispara accidentalmente. ¡Seamos legales hombre!

Pero como ya lo he dicho hasta dar la murga, este no es un problema exclusivo del alcalde o del presidente. Más bien es de cada uno de nosotros que nos emborrachamos y empezamos a darnos de trompadas con el vecino o que no cedemos el puesto a las embarazadas y nos hacemos los dormidos o que nunca hacemos una fila o que no compramos legal. ¡Esta ciudad va a necesitar un milagro!

Nota: Las opiniones expresadas solo comprometen a su autor y no pueden considerarse una posición oficial de Pulzo.com.

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