Para ello se realizará una gala especial el lunes 26 de diciembre en el Hotel Agualongo de Pasto, en lo que se ha denominado oficialmente “La noche de los grandes nariñenses”.
Coloquialmente se conoce el evento como los “Óscares pastusos” dado que se reconocen a sus protagonistas como verdaderas celebridades, con tapete rojo y entrega de estatuilla.
Esta es la segunda versión y se constituye en el evento más importante en la región que entrega galardones a lo mejor de la región sur de Colombia.
Un evento objetivo, no contaminado, absolutamente independiente al menos del sector público, la política y los intereses comerciales. Los reconocimientos se hacen a personalidades o instituciones nariñenses que en los últimos años han contribuido de forma decidida en la construcción, mejoramiento de la calidad de vida y transformación de la región.
Los premios se entregan a lo más destacado y relevante en campos como ciencia, educación, arte, innovación, emprendimiento, gestión social, comunicaciones y deporte.
En la primera versión el énfasis estuvo en la música, con al menos seis galardonados entre ellos un ganador de premio Grammy Anglo, Camilo Moreno, y el maestro Edy Martínez, reconocido en el mundo como el mejor músico de Jazz y salsa de origen colombiano (quien también contribuyó en el logro de varios Grammy).
En esta edición el énfasis es la educación, dado que Nariño termina este año como el territorio que alberga los mayores avances en la revolución educativa del país.
Y ello se debe a un trabajo laborioso de los últimos años, pero especialmente de la anterior administración en cabeza del profesor Raúl Delgado Guerrero quien además de exitoso gobernador de Nariño, ha sido el mejor alcalde que ha tenido Pasto.
Delgado como mandatario se la jugó no solamente fortaleciendo el sistema básico de educación desde la atención a la niñez con los ‘Nidos Nutrir’, el apoyo y profesionalización de los docentes y la dignidad pedagógica; también le apuntó al desarrollo de la educación superior.
En el gobierno departamental anterior la Universidad de Nariño alcanzó los mejores estándares y condiciones para su funcionamiento, desarrollo y avance científico. Ello facilitó la acreditación, la capacidad de gestión, investigación y desarrollo profesional.
El presupuesto departamental por primera vez, con voluntad política, se triplicó. Para el anterior gobernador la educación fue una prioridad extraordinaria y con dientes. Hoy se cosechan los resultados: Nariño tiene el mejor colegio público del país, el Liceo de la Universidad de Nariño; la institución de educación superior con el mayor desarrollo y crecimiento en los últimos tres años en Colombia, la Universidad de Nariño; el colegio con el mayor número de ‘pilos’, Colegio Ciudad de Pasto (CCP).
Esta misma institución (CCP) hace dos años también se destacó como el mejor colegio público de Colombia por ocupar el primer lugar en las pruebas Saber. Además se destacan los proyectos de emprendimiento educativo, modelos internacionales reconocidos recientemente en España.
Si bien la educación merece capítulo especial, no se quedan atrás otras personas e instituciones ejemplares, como los bomberos de Pasto (reconocidos internacionalmente), deportistas como Darwin Atapuma y el primer campeón del mundo en atletismo para Colombia, Luis Fernando López.
Así mismo los científicos que contribuyen al descubrimiento de la cura del cáncer y de la sostenibilidad ambiental a través de la preservación de la abejas cuya desaparición afectaría definitivamente a la especie humana.
No pueden faltar los artistas, siendo Nariño la verdadera cuna musical del país. Además de los empresarios ejemplares por sus modelos exitosos de exportación. Y también los juiciosos comunicadores que hacen muy bien su tarea.
Esta gala es la máxima ceremonia de exaltación la las virtudes de patusos y nariñenses en general. Es la oportunidad de demostrarle al mundo el valor de la gente de esta región caracterizada por su inteligencia, brillantez, ingenio creativo, innovación, dedicación y perseverancia.
El pastuso no es solo un chiste como algunos lo identifican equivocadamente. El nariñense es más genialidad y poder que el falso estereotipo de los cuentos, en el que algunos despistados aún creen.
Es la noche del ‘orgullo nariñense’ donde cada reconocido recibirá como estatuilla un reloj de arena de cristal simbolizando el agradecimiento por su tiempo dedicado a mejorar la calidad de vida del planeta.
Más allá de la coloquial historia de los ‘Óscares’, es el reconocimiento sincero a buena parte de lo más granado que da no solo el departamento de Nariño, sino el país. Para ellos felicitaciones, han puesto ahora la vara muy alta.
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