Las piezas que se cambian en los concesionarios cumpliendo las instrucciones de una campaña del fabricante de los vehículos (recalls o boletín de servicio), sin ningún costo para los usuarios, no son un obsequio, una promoción o un cambio por garantía, sino una demostración de respaldo al cliente y una medida que se toma para mejorar el vehículo o para solucionar un defecto de fábrica común en algunos lotes de la producción.

Esas piezas tienen una garantía “propia” (como la que se otorga sobre el producto nuevo al entregárselo al comprador), aplicando por analogía lo que dispone el artículo 9º de la ley del consumidor que dice: Si se cambia una o varias piezas o partes del bien, estas tendrán garantía propia, pues al fin de cuentas se trata de un cambio de piezas sin costo para el cliente.

Y aquí entramos en un mundo de situaciones que se parecen a las atracciones de Disney World que tanto divierten a los visitantes.

Supongan ustedes que alguien ha venido insistiendo una y otra vez en que el vehículo tiene un defecto que se debe reparar por garantía, sin encontrar eco a su reclamo, y de pronto recibe una llamada del concesionario diciéndole que como una mejora del producto el fabricante le ha dado instrucciones para cambiar justamente ese componente… qué puede pensar.

O lo que es peor, supongamos que por cualquier razón la Superintendencia de Industria y Comercio no falló a su favor en el reclamo que presentó para que justamente por ese inconveniente le cambiaran el producto por garantía o le devolvieran el parné, y la sentencia está en firme como cosa juzgada… que pueden sentir.

También sucede que hay personas que se molestan por la llamada del concesionario, pues consideran que su vehículo debe ser tan perfecto que solamente deben visitar el taller para las revisiones de rutina recomendadas por el fabricante, y no para que le cambien piezas como una mejora… que quien sabe qué razón tendrá.

Además, revisando las demandas de los consumidores ante la SIC para que por garantía les cambien el vehículo o les devuelvan el dinero, se ve que cuando existe un recall lo incluyen como una prueba más de los defectos que le atribuyen al vehículo, como un hallazgo, como una guaca que confirma sus apreciaciones.

Las campañas son un gran avance en el mundo de la protección al consumidor, pero no le hace mucha gracia a los concesionarios que tienen que llamar a sus clientes para echarles el cuento.

 

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