Sin embargo, lo hicieron de forma diferente. ‘The Walking Dead’ transmitió los 16 capítulos de esa temporada en dos partes: una, entre el 11 de octubre y el 29 noviembre de 2015, y la otra, entre el 14 de febrero y el 3 de abril de 2016.

‘Game of thrones’, por su parte, la presentó toda entre el 24 de abril y el 26 de junio de este año.

Justamente en eso radica lo que está mal en una serie y lo que está bien en la otra.

‘The Walking Dead’ cerró su octavo capítulo, el último del año pasado, con un ‘cliffhanger’: la aparición de los hombres de Negan, el malvado que los fanáticos del cómic original estaban esperando desde hace tiempo.

Por eso, se esperaba que en el noveno capítulo, el primero de 2016, Negan entrara en escena. Pero eso no sucedió. El villano solo llegó hasta el cierre del episodio 16 de la temporada.

Mejor dicho: ¡los fanáticos de la serie tuvieron que esperar siete capítulos enteros para ver a Negan! ¡Siete!

Eso demuestra algo que desde hace tiempo ha estado pasado con ‘The Walking Dead’: la serie abusa de poner en suspenso muchas de sus historias, lo que ya se vuelve una fórmula aburrida e innecesaria, si lo que se pretende es tener enganchados a los fanáticos.

Ya lo había hecho con el regreso del Gobernador y la supuesta muerte de Glenn.

La llegada de Negan, además, pareciera mostrar que la serie se va a alargar por un tiempo indefinido y que seguirá usando la fórmula del ‘cliffhanger’ de forma exagerada: para varios los lectores del cómic original, ese villano es mucho más importante que los que han aparecido antes.

Lo contrario, sin duda, sucedió en ‘La batalla de los bastardos’ y ‘Los vientos de invierno’, los dos capítulos finales de la sexta temporada de ‘Game of Thrones’.

A pesar de que en esos episodios sucedieron muchas cosas que los seguidores estaban esperando (la pelea Jon vs. Ramsay y la confirmación de la teoría R+L=J), la serie no dejó en un suspenso exagerado las escenas y puso unos cabos sueltos que seguramente se solucionarán en la séptima temporada, pero no como un alargue innecesario, sino a manera de conclusión de la serie.

Así que mientras ‘Game of Thrones’ se conduce con mucha fluidez narrativa hacia un final, ‘The Walking’ parece estar prolongándose sin que haya un límite visible. Todo lo contrario: apunta a volverse una especie de ‘Padres e hijos’, sin solución a la vista.

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