Cuando alguien golpea con cierta rudeza a alguien se suele decir en el lenguaje coloquial le cascó, pero últimamente se oye cada vez más la cascó, si es una mujer, y lo cascó, si es un hombre.

¡Quién sabe de dónde salió este moderno uso!, pero lo cierto es que este verbo ha sido transitivo toda la vida, como pegar, con el sentido de ‘dar golpes’, le pegó (a él o a ella) y les pegó (a ellos o a ellas), distinto de pegar con el sentido de unir con pegante (‘pegamento’), que sí se conjuga la pegó (la estampilla), lo pegó (el adhesivo), las pegó, los pegó.

Cascar, pues, se conjuga con le y les, le cascó (a él o a ella), les cascó (a ellos o a ellas) y no la cascó, lo cascó, las cascó o los cascó.

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