Es increíble cómo seguimos metidos en la onda que un deportista es un héroe nacional, representante de nuestro orgullo y que cualquier error debe ser reprochado y reportado. Ese lema que se debe ser buena persona dentro o afuera de la cancha está mandado a recoger. No exijamos más a personas, que en la mayor tiempo del año son sus equipos quienes les pagan, no un país, citando a Juan Pablo Montoya, gran ejemplo de esta situación, la cual el colegaje lo alejó tanto del pedestal que lo tenía por su manera de ser con la prensa, más no como lo era como persona.

Forma incorrecta de examinar a las personas, por parte del periodismo.

Es más, ¿de acá cuándo sacamos el pretexto de que la Selección es un representativo de los valores de un país? Hay que aclarar, ellos llevan en su pecho el logo de la Federación Colombiana de Fútbol. Los actos patrióticos, bandera e himno son protocolos de la FIFA. No es su obligación, ellos hacen esto en una mayoría para ser idolatrados entre la gente por sus logros.

¿Acaso el gesto de James en el entrenamiento fue una ofensa a la prensa?

James Rodríguez.
James Rodríguez. / AFP

Muchos señalamientos se han generado y ahora, ¿cuándo nos convertimos en expertos de la semiótica o el psicoanálisis?

Es absurda la pelea que se anda generando, así como la de Pablo Armero.

Abro un paréntesis: Armero ya fue judicializado, ya pagó el escarnio público, ya pagó una condena en Estados Unidos y su mujer hizo la denuncia pertinente. ¿Qué tiene que seguir pagando? Peor si él estuviera libre sin ninguna condena. No me quiero referir al caso del ‘Bolillo, pero la Selección noventera tuvo un borracho sin causa, otro buscado varios años por la Interpol y después del Mundial de EE.UU. 94’, el país se volcó porque un jugador estando en la cárcel, volviera al equipo nacional.

Pero ahora, estamos juzgando a ‘Miñía’. Otra incoherencia.

Por último, sí me quiero referir a todos esos que nos señalan de que el periodista deportivo no sabe ni debe entrometerse en temas de la agenda pública. Pero el caso de Armero o el de James, si da entrada libre para que toda persona con un espacio en los medios, pueda meterse en el debate futbolero. Mucha incoherencia.

Ojalá paguemos los periodistas, lo mismo que pasa en Argentina. Que los jugadores callen, porque nos metimos en su rancho, en su vida. Ellos son personas, que se equivocan y no tienen que pedir disculpas a todo un país, porque es más, la FCF es una organización que perfectamente no podría depender de Coldeportes, es decir, ellos con nosotros no tiene ninguna obligación moral.

Mejor hablemos de lo que pasa en la cancha, punto final.

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