Las encuestadoras no aprenden, en su soberbia siguen con la misma metodología e ideas del siglo pasado, aunque ahora se ayuden de la tecnología para el almacenamiento de datos y su posterior análisis.

Existen diferentes ejemplos en los cuales se muestra que las firmas encuestadoras y sondeos se equivocaron totalmente.

En EE. UU. se equivocaron de cabo a rabo, en 2012 daban ganador a Mitt Romney y en 2016 a Hilary Clinton. En Gran Bretaña, los resultados de encuestas decían que Brexit no ganaría.

En Colombia se pronosticó que el Sí por la paz ganaría, así mismo en las elecciones presidenciales de 2010 los resultados pronosticaban que Antanas Mockus ganaría sobre Juan Manuel Santos. Sin ir más lejos, en Argentina pronosticaban triunfo de Scioli sobre Macri.

En un sitio colombiano creado y desechado por el diario Espectador (soyperiodista.com); se hizo un análisis muy juicioso y concienzudo (2010) sobre el por qué los modelos antiguos de las firmas encuestadoras no sirven.

Entre lo que me acuerdo era:

“Encuestas telefónicas: pocos utilizan ya líneas fijas, por otro lado a los encuestados les da pereza dar respuestas así que estas no se dan, o se dan con desdén y poco pensadas.

Sitios físicos de encuesta: estas por comodidad se hacen en universidades, sitios públicos como centros comerciales etc.; pero muy poco en regiones apartadas, pueblos, veredas etc. donde cada vez existe mayor participación sufragante.

Total, si se preguntaba a milenials en la plazoleta de la Universidad Javeriana y a personas en la zona rosa de Bogotá por quien va en su intención de voto, obviamente Antanas Mokus era el virtual presidente.”

Este error años después se sigue cometiendo. Por ejemplo, en las elecciones de 2016 en Estados Unidos, las encuestadoras hicieron sondeos telefónicos, ejercicios de campo en zonas urbanas de grandes ciudades, como Los Angeles, Austin, Miami, NY, donde los resultados daban como virtual ganadora a Hilary Clinton. No se hizo un ejercicio riguroso de hacer encuestas y sondeos en áreas rurales.

Antiguamente los votantes de zonas rurales no ejercían en gran cantidad su derecho al voto, este era ejercido más que todo en zonas urbanas (valido a finales siglo 20, primer lustro siglo 21) actualmente la tendencia es que en las zonas rurales la gente está votando más activamente.

Esto se debe en gran parte a que tiene muchas alternativas de información como el cable y el internet, los cuales ya tiene una gran cobertura y conexión en sus regiones dejando de ser un privilegio exclusivo para ciudades.

Ahora bien, la gente en áreas rurales no tiene el nivel de educación que mucha de la gente del área urbana, por ello son presa de caudillos con lenguaje coloquial y que de manera cruda les señala sus falencias prometiendo astutamente solucionarlos, aquí el que más y mejor promete… gana.

Todo este mensaje les ha llegado por los medios de comunicación digital, redes sociales etc., motivando a votar por aquel mesías que regresara trabajos, bienestar y nuevamente el orgullo a nivel internacional, creando un nacionalismo en torno a aquel caudillo.

Aquí un factor que funcionó y funcionará a futuro como catalizador, será el acceso a información dada por la penetración de internet a zonas rurales y suburbanas.

Miremos un ejemplo concreto, en Texas (38 delegados al colegio electoral). El número de votantes elección tras elección ha aumentado, no se puede decir que por el súbito crecimiento en tasa de natalidad o por inmigración recién llegada.

El aumento se explica porque en las zonas rurales se incremento el ejercicio del voto. Sin ir más lejos, en Texas, el crecimiento de votantes entre el año 2000 y el año 2016 fue del 42.07%, gran parte de este crecimiento fue gracias a los votantes de las áreas rurales.

Para finalizar, se podría decir que en su infinita soberbia, las firmas encuestadoras no vieron o no quieren ver lo anterior; y si no hacen una profunda reflexión, continuarán usando métodos del siglo pasado que como vimos conducen al completo fiasco y error.

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