Solo basta ver cómo ha aumentado el número de suscriptores de Netflix en Colombia: en 2011 había 45.000, y tres años después, en 2014, la cifra aumentó a 535.000, de acuerdo con el Departamento Nacional de Planeación (DNP).

Mejor dicho, se trata de un crecimiento de más de 160.000 suscriptores cada año. Además, el consumo diario de YouTube en el país es de 8 millones de horas, lo que equivale a 10 millones de programas de televisión, según el DNP.

Sin duda, son números impresionantes que de entrada son competencia para cualquier proyecto nuevo que quiera entrar a la televisión tradicional.

Y, seguramente, cuando el tercer canal salga al aire, las cifras de usuarios de TV por Internet serán todavía más grandes. De hecho, el 68 % de los videos que ven los colombianos se consume ‘on-line’, de acuerdo con el DNP.

Esto no quiere decir que el país no merezca un tercer canal que ofrezca más programas, sino que su adjudicación está llegando tarde y las discusiones sobre el tema ya son anacrónicas.

Además, la diversidad de entretenimiento que no dan RCN y Caracol, los usuarios la han encontrado en la inmensa oferta de Internet, que seguirá creciendo.

Es más, mientras en Colombia se sigue hablando de la futura llegada del tercer canal, YouTube prepara un servicio de televisión por suscripción que será completamente ‘on-line’.

No puedo hablar por todos los televidentes, pero sí por mí. Ese nuevo canal no afectará en nada mis hábitos de consumo de series y películas: seguiré navegando en todo lo que ofrece HBO Go, Fox Play, Netflix… y hasta YouTube.

Si el tercer canal hubiera llegado antes, seguramente esto sería diferente.

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