El ingenio, la creatividad y la innovación en el Siglo XXI se abren paso sobre la industrialización y mecanización heredada del siglo pasado. La comunicación juega hoy un papel definitivo en tiempos de la democratización de los medios a través de múltiples propuestas especialmente formatos multimedia favorecidas por el auge del Internet.

La radio sigue siendo el medio de mayor impacto y penetración en Colombia (especialmente en zonas rurales y populares), sin desconocer el poder de la web y sus redes sociales.

Ese importante paso lo dio el humorista colombiano José Ordóñez, que no había sido bien aceptado por algunos sectores, así que para reinventarse y casi reivindicarse creao un personaje de ficción llamado Benito; un tierno, curioso y juicioso niño que no se amilana ante nada y jamás pierde su alegría y capacidad de asombro. Siempre lo acompaña un fiel amigo cánido de un olor poco ortodoxo en el mundo animal.

José Ordóñez se iluminó y recreó una memorable historia colombiana con su personaje a través de un video que dura menos de cinco minutos. El simpático niño, acompañado por su fiel perrito azul, ha logrado su mejor actuación en una original versión pop de ‘Colombia tierra querida’, convertido tal vez en el mejor video colombiano, o al menos en el más bonito con sentido patrio.

Al son de la canción de Lucho Bermúdez recrea buena parte de la historia contemporánea del país, un homenaje patrio que hace Ordóñez a través de su personaje Benito.

Despunta de madrugada con el canto de los gallos, mostrando un bucólico paisaje colombiano. Benito baja de una chiva gritando eufórico: “Aquí llegamos, de la tierra más linda que hizo papito Dios, mijo”. Cantando al estilo de un ‘pequeño Juanes’ en medio de un cafetal, inicia un viaje por buena parte del país y sus personajes más queridos como Juan Valdez y la mula Conchita (que lo patea), García Márquez, Manuel Patarroyo, el ‘Pibe’ Valderrama, el Maestro Fernando Botero, María Isabel Urrutia (quien le fractura un pié con un disco de pesas), etc. Benito a pesar de los halagos y los golpes no cambia de actitud; es alegre, confiado y desprevenido.

Con su pié derecho fracturado acompaña a Lucho Herrera (quien lo remolca incluyendo a su perro azul) a subir el Alpe De Huez (un emotivo pasaje). Luego es regañado por Sebastián de Belalcázar en Cali, va al Puente de Boyacá y al Pueblito Paisa, salta a la Plaza de Bolívar, después a la Casa de Nariño donde casi es atropellado por el auto presidencial. Vuelve a Medellín y se encuentra hasta un oso de anteojos que danza. Juega con ‘Betty la fea’ y baila con el ‘Pirulino’, Higuita hace el “escorpión” pero Benito le da un tortazo en la cara; hace pilatunas en el laboratorio del Dr. Patarroyo y comparte un récord con su jefe José Ordóñez.

Aquí entra un impresionante arreglo a ritmo de reguetón donde canta y baila. Termina en la parte más sublime del video, con un baile de cumbia con una dulce niña. En el mejor momento Benito grita: “Uepajé, ¡qué alegría ser colombiano!” (En este punto es muy lícito que los ojos se humedezcan, por el valor de ser orgullosamente colombiano)

Después de pasar por Cartagena, sobrevolar San Andrés y Providencia haciendo patria y luego de avistar ballenas, remata acompañando a Carlos Vives, Juanes y Shakira en un escenario donde sobresale una pancarta que dice ¡Viva Pasto! (Seguramente para reivindicarse Ordóñez con los pastusos a quienes tantas veces ridiculizó).

Se despide desde el Parque de Chicamocha, su tierra (“lo más lindo dentro de lo más lindo, mi hermosa tierra santandereana”, remata Benito), donde se ve a un personaje con la camiseta del Atlético Bucaramanga, vendiendo hormigas al que parece ser el Presidente de Venezuela.

Al final Juan Pablo Montoya le da un  aventón en su auto F1, se carga por último en una chiva y deja tirado a su perro azul, que desesperado se queda ladrando. Esta es tal vez la síntesis de lo más bonito de la historia reciente de Colombia, que nos despierta el mejor sentimiento patrio.

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