Además de esta “advertencia” para el régimen del dictador norcoreano Kim Jong-un, el presidente estadounidense Donald Trump, como no podría ser de otra forma, ha mostrado su ‘explosividad’ a través de Twitter diciendo que “Corea del Norte está buscando problemas” y que no le importa si China ayuda o no, pero lo van a “resolver”. Si la historia nos ha enseñado algo, es que cuando un estadounidense dice eso de palabra, se refiere a una guerra.

Analizar el caso de EE. UU. está de más. Todos sabemos cómo es Trump. Es impredecible, explosivo, impulsivo y quiere siempre hacer la suya, y mostrar que tiene el control de todo. ¿Que era muy amigo de Putin? El fin de semana demostró que no le importa tanto luego de bombardear (como en la época de Vietnam) sin escrúpulos bases militares en Siria, lo que le demuestra al presidente ruso que no le interesa su cercanía con el líder sirio Bashar al Assad. Por el momento Rusia, y ojalá continúe así, no se ha alterado mucho que digamos.

Retomando el caso coreano, si creemos que Trump es impredecible, Jong-un es lo que en el argot popular se denomina ‘un tiro al aire’. Luego de la muerte de su padre en 2011, todo parecía indicar que el sucesor de la dictadura (o si lo lee un norcoreano, “democracia”) sería Jang Song-Thaek; sin embargo, asumió el poder Jong-un pese a su clara falta de experiencia, inmadurez y total egocentrismo.

Es cierto, ¿qué dictador no tiene un complejo narcisista latente? Kim lo ha explotado al máximo. Incluso obligó al pueblo norcoreano a componer y cantarle una canción a él, como lo hacen a Kim Jong-il (su padre) y Kim Il-sung (su abuelo). Puro ego.

En el último quinquenio ha hecho lo que ha querido. Le declaró la guerra a Corea del Sur admitiendo su deseo por la reunificación, hace pruebas nucleares, atormenta al pueblo, censura, asesina y extermina todo lo “que represente un peligro para el régimen”. ¿Lo peor? Se divierte haciéndolo y lo toma como un juego. Parece un niño chiquito con un juguete nuevo.

Ahora bien, ¿de dónde surge mi miedo de una Tercera Guerra? Pyongyang ya se sintió por el movimiento naval realizado por Washington, al que calificó de “insensato”. Trump básicamente le lanzó a Jong-un una amenaza de guerra informal a través de Twitter, y ambos tienen el dedo sobre ‘el botón rojo’ pero, aunque especulo con esto, estoy convencido de que por sus personalidades no dudarán un solo segundo en presionarlo.

¿Qué los detiene? Seguramente, y como ha pasado en las dos anteriores, se necesita una chispa para encender toda esa pólvora que está dispuesta sobre el Pacífico Norte. En 1914 fue Gavrilo Pricip y el asesinato del archiduque Francisco Fernando. En 1939 fue la invasión nazi a Polonia, el primero de septiembre. Ahora, ¿qué podrá ser?

En un mundo como el actual, y con semejantes protagonistas con el poder de hacer volar toda la humanidad, algo tan simple como un tuit, una declaración fuerte en alguna rueda de prensa o un ataque frontal por sorpresa pueden marcar el inicio del fin.

Esperemos que esté muy equivocado, y que esta tensa calma que al menos yo respiro en el ambiente sea solo eso, y que al final no seamos la generación de la Tercera Guerra, porque realmente si así es, probablemente seamos la última.

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