Ser felices es el principal derecho y deber humano, casi una obligación y una gran tarea. ¿Quién no quiere serlo? Por ello hoy la ciencia, las organizaciones internacionales que rigen al mundo como la ONU, los sistemas de salud y las iniciativas que propenden por mejorar el desarrollo humano le han puesto atención prioritaria.

Recogiendo los trabajos más recientes relacionados con el bienestar y la calidad de vida de las personas, se pueden sintetizar aspectos relacionados con la plenitud humana. Aquí están, de acuerdo a ello, diez de las conclusiones más sólidas a las que han llegado los expertos, sobre el asunto de la felicidad.

1. Hacer ejercicio

El ejercicio tiene un efecto tan profundo en nuestra felicidad y en nuestro bienestar que se ha convertido en una estrategia eficaz para combatir la depresión. Los beneficios del deporte y de la práctica regular de actividad física están suficientemente documentados. Sus efectos son positivos en cualquiera individuo con una mínima cantidad de ejercicio (al menos de 20 a 30 minutos diarios). Se producen efectos fisiológicos al mejorar el metabolismo, producir endorfinas y dar una enorme sensación de satisfacción y paz personal.

2. Dormir lo necesario

Dormir es importante para que el cuerpo se recupere de su actividad diaria, y tiene efectos positivos en el estado de ánimo. La falta de sueño afecta con mayor intensidad al hipocampo, por lo que las personas que duermen mal tienen mayor tendencia a recordar con intensidad los eventos negativos y a olvidar los positivos. Cada individuo puede determinar cuántas horas diarias de sueño requiere, por lo regular entre 5 y 8 horas. Entre más saludable un individuo, con excelentes hábitos de vida, menos horas diarias de sueño.

3. Compartir más tiempo con los amigos y la familia

No haber pasado tiempo suficiente con amigos y la familia es uno de los principales arrepentimientos que expresa la gente antes de morir. Interactuar con aquellos que nos aprecian y a los que apreciamos revierte positivamente en nuestro ánimo. Somos felices cuando tenemos familia y amigos. Las otras cosas que creemos que nos hacen felices son vías para tener más amigos y más familia.

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4. Pasar más tiempo al aire libre

Destinar tiempo para estar al aire libre, sin importar las condiciones, da enormes ventajas. La mejor estrategia es realizar una caminata libre y relajada de unos 20 minutos, los estudios demuestran que ello propicia el buen humor, desencadena la reflexión y mejora la memoria. De esa manera podemos disfrutar del aire, el viento y la naturaleza en general.

5. Servir a los demás

Para ser felices nosotros mismos resulta imprescindible ayudar a los demás. La gente que compra algo para otra persona experimenta una felicidad mucho mayor que aquellos que se compran algo a sí mismos. De la misma manera que podemos invertir dinero en los demás, podemos invertir nuestro tiempo, lo que resulta ser incluso más satisfactorio y nos proporciona grandes dosis de alegría.

6. Sonreír

Sonreír nos puede hacer sentir mejor. La sonrisa debe ser producto de cultivar pensamientos positivos. Aquellos que sonríen como resultado de pensar en cosas favorables mejoran su estado de ánimo y están más alegres, pero no se trata de fingir. Es esencial que la sonrisa sea el resultado de un proceso, de preservar buenos hábitos y de una actitud coherente.

7. Planear un viaje, una salida, un paseo

Solo planear un viaje o un descanso puede contribuir al bienestar ya que secretan más dosis de endorfinas, hormonas de la felicidad. El mayor pico de felicidad se experimenta durante la planificación de las vacaciones, más que durante el propio viaje. No necesariamente debe ser lejano y complejo; un simple paseo relajado y sin afanes colma de alegrías. Está demostrado que las salidas más descomplicadas y menos sofisticadas entregan mayores satisfacciones con mínimos riesgos.

8. Meditar y reflexionar

Meditar suele relajarnos y clarificar nuestra mente, lo que también contribuye a nuestra propia felicidad. Un estudio, publicado en Psychiatry Research: Neuroimaging, concluía que posterior a un curso de meditación las partes del cerebro asociadas con la compasión y la consciencia propia habían crecido, mientras que las partes relacionadas con el estrés se reducían. La reflexión consecuente aporta al mejoramiento de nuestra propia visión y estructura de vida, nos genera mejor organización con sabias decisiones.

9. Vivir cerca del trabajo

El tiempo que nos cuesta llegar al lugar del trabajo tiene un gran impacto en nuestra felicidad. Al fin y al cabo, es algo que hacemos dos veces al día por lo menos, cinco días a la semana, y la gente a la que le lleva mucho tiempo desplazarse, que debe depender de un auto o que lo hace de manera incómoda es menos feliz. Conducir por ejemplo en un atasco o trancón es un tipo distinto de infierno cada día, que hay que evitar al máximo. Hay menos desgaste humano con bajo estrés disfuncional (diestrés), cuando se tiene lo más cerca posible el lugar de trabajo, de estudio o de desempeño diario.

10. Practicar la gratitud

Estar agradecidos por las cosas que tenemos –lo que implica valorarlas en su justa medida– es importante para ser conscientes de nuestra felicidad y disfrutarla más. Recordar el refranero español, para el que “es de bien nacido ser agradecido”. Por ello tener siempre presente que servir a los demás deja enormes satisfacciones que llevan a la paz interior y al crecimiento personal.

Apostilla: “La felicidad es íntima, no exterior; y por lo tanto no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos”. Henry Van Dyke.

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