No es que la elección de Donald Trump haya sido una cortina de humo creada intencionalmente para apartar nuestra atención de otros temas que tenemos a la mano, pero la estamos utilizando como tal. Como dijo un amigo esta mañana cuando la victoria del republicano era ya cosa consumada, “Mucha indignación y poca reflexión”. 

Pues eso, que nos agarramos de lo que sea para no ponerle atención a lo que tenemos en las narices. Y no es que el nuevo presidente de Estados Unidos sea un detalle menor, pero se ha convertido en el tema excluyente de las últimas semanas, algo similar a lo que pasó antes con el Sí y el No. Plebiscito al desayuno, el almuerzo y la comida, ese era el menú como si no hubiera más en esta vida. 

Ahora pasa lo mismo y no crea, cosas importantes están ocurriendo. Ayer no más la idea de que los senadores se bajaran el sueldo de 28 a 17 millones mensuales se fue al carajo.

En cambio ganó la idea de que se les congelara durante cuatro años. ¿Quienes se opusieron a la medida? Celebridades conocidas por todos como Armando Benedetti, Viviane Morales, Roberto Gerlein, Paloma Valencia, Horacio Serpa y José Obdulio Gaviria. Para eso sí no están divididos, pero póngalos a hablar de paz.   

¿Más gastos públicos que no acaba uno de entender? Los esquemas de seguridad que les brinda el Estado a unas ocho mil personas personas vale 483.000 millones de pesos al año, unos 60 millones por cabeza. Escoltas, viáticos, apartamentos y camionetas blindadas (y gasolina para que se muevan) son algunas de las cosas que los colombianos tenemos que pagar. Y después dicen que no estamos en guerra.

Pero la violencia es más una cosa cotidiana que un asunto de Estado. En Ibagué, el sacerdote de 70 años Gonzalo Ramírez Gutiérrez fue herido por fleteros que le robaron ocho millones de pesos.

Mientras tanto, en Bogotá varios taxistas dejaron en coma a Diego Fino luego de una discusión por el precio de una carrera. Según los médicos que lo atendieron, los golpes que recibió, en especial uno en la cabeza, equivalen a una caída desde un quinto piso.

Por último, en Antioquia una niña de cuatro años y un niño de seis fueron atacados a físico machete por un desconocido. Los menores están siendo atendidos en Medellín y se sabe que la niña tiene una mano emputada.

Disculpas por entrar en detalle, pero los hechos retratan tres problemas con los que vivimos los colombianos y que van más allá de la anécdota: el robo y asesinato de personas que retiran dinero de instituciones bancarias, el problema con los taxistas en Bogotá, que se creen dueños de la ciudad, y la violencia contra los niños.

Mientras tanto, los periodistas deportivos llevan dos semanas debatiendo si el delantero titular para los próximos partidos de la selección Colombia debe ser Falcao, Borja, Bacca o Muriel. Está bien que ese sea su trabajo y que a todos nos gusta el fútbol, pero gastar días en un tema que podría evacuarse en minutos y que además no depende de quienes lo debaten muestra también lo mal que está el mundo.

Ahora con lo de Trump he visto mucha gente indignada. Otra está diciendo que no sabe cómo explicarle a sus hijos quién es el nuevo presidente de Estados Unidos. Tengo noticias: si usted no sabe cómo decirles a su hijos que hay personas a las que les gustan otras personas del mismo sexo o que Trump es presidente, pero tiene claro, por decir algo, que el titular debe ser Falcao, quizá no estaba listo para tenerlos.

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