El Bitcoin, que debería significar un avance en la forma en que usamos y concebimos el dinero, se ha convertido en un medio para crear esquemas fraudulentos, alimentados por aquellas personas que de forma ingenua arriesgan su capital buscando ganarse la vida al menor esfuerzo posible.

En otras latitudes del mundo, la creación de la primera criptomoneda trajo consigo diversos cambios de paradigma en cuanto al uso del dinero en la vida cotidiana de las personas. La disrupción más importante quizás sea el de poder realizar transacciones a muy bajos costos y sin necesidad de usar una institución financiera como intermediario, lo que implica que cada persona tiene absoluto control sobre su dinero.

Cada vez son más los negocios y comercios que aceptan esta moneda, y así mismo más personas se animan a adoptarla en las transacciones que realizan día a día.

Desgraciadamente, el auge que ha venido teniendo en Latinoamérica y particularmente en Colombia, ha venido acompañado de la proliferación de nuevos esquemas de negocios con insólitas formas de engañar a la gente.

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No es difícil encontrar en las redes sociales ofertas que prometen ser “el negocio del siglo”, “los millonarios del futuro”, o la fórmula mágica para ser “libre financieramente”, y ahora el señuelo para atraer a la gente son las criptomonedas, un concepto que la mayoría de la población a día de hoy sigue sin entender y por eso se convierten en objetivos fáciles para los estafadores.

El uso del internet como medio para llegar a las personas permite que estos negocios no se limiten a captar recursos de una población específica, sino que se convierten en organizaciones multinacionales que traspasan fronteras y engañan a personas de diversas regiones del mundo.

Se pueden identificar captadores de dinero ilegales con origen en Asia, pero que incluyen inversionistas de todos los continentes. Por esta razón, las autoridades reguladoras locales deben mantener una comunicación y trabajar en conjunto con sus pares en otros países. Los grandes delitos financieros se realizan a través de internet.

Bitcoin como moneda más que como activo de inversión

La valorización exponencial de la criptomoneda ha sido paradójicamente el mal que la ha ligado con los esquemas piramidales o ponzi. La mayoría de las personas que desean invertir por primera vez en bitcoin lo hacen atraídas por las altas rentabilidades que ha generado en el pasado el aumento de su precio, y es que cuando el mercado está en alza, todos ganan, y es fácil prometer altos retornos en periodos cortos de tiempo.

No es coincidencia que después de las grandes caídas en la cotización de la criptomoneda, de más del 33% en un día, muchos negocios fraudulentos hayan anunciado que han sido víctimas de robos por parte de hackers, desapareciendo posteriormente con el dinero de miles de personas.

También es un tema de educación financiera. No es concebible que un padre de familia hipoteque su casa, una madre solicite grandes créditos a altas tasas de interés o un pensionado deposite sus ahorros de toda la vida en una inversión de la cual desconoce su naturaleza.

Casos de pirámides y esquemas multinivel que ya se han relevado en los medios de comunicación revelaron que gente estafada terminó en el hospital, y todo por tomar una pésima decisión financiera.

Hay que recordar que Bitcoin fue concebido como una moneda, o dinero electrónico, más que como activo de especulación. Aunque verlo como una inversión no es necesariamente algo negativo, ya que así mismo se hace con divisas como el dólar o el euro en el mercado de FOREX, es necesario conocer los riesgos asociados.

Los reconocidos y primeros promotores en el mundo del dinero virtual propenden más por su uso en la vida diaria que por la especulación en los mercados financieros. Como moneda, el bitcoin debe consolidarse como reserva de valor, ser medio de cambio, lo que implica aceptación y ser unidad de medida. Aunque todavía el camino es largo para lograr lo anterior, en parte por su alta volatilidad, el limbo regulatorio en que se encuentra y el desconocimiento de las personas, sin duda el bitcoin es un ejemplo del avance en materia monetaria que debe darse.

Culpar al Bitcoin de la avaricia e ignorancia de las personas en Colombia es la forma más simple de evadir el gran problema que se está generando socialmente.

Hay que recordar que DMG, Interbolsa y Estraval existieron antes del uso popularizado de las criptomonedas, y que estos sucesos se dan más por la idiosincrasia de la gente, que quiere ganarse la vida sin trabajar, sin ofrecer nada bueno a la sociedad.

Las autoridades regulatorias no deberían preocuparse tanto por proteger a las personas de Bitcoin, sino de la cultura del dinero fácil que persiste en la población colombiana.

 

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