La beatificación de monseñor Jesús Emilio Jaramillo, obispo de Arauca, anunciada por el papa Francisco, es una sanción moral a la banda terrorista marxista-leninista del Eln, que torturó y asesinó al prelado colombiano el 2 de octubre de 1989, porque a esa guerrilla comunista no le gustaba la pastoral social que estaba desarrollando el obispo en esa región a favor de los más pobres.

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Hay que señalar que el crimen de monseñor Jaramillo se circunscribe en las enseñanzas del genocida comunista Lenin, quien planteaba que una de las condiciones para que haya una situación revolucionaria es el sufrimiento extremo de las masas, en donde la miseria se utiliza de caballito de batalla, no porque les interese a los marxistas buscar las reivindicaciones de los más necesitados, sino que a los pobres hay que utilizarlos como herramienta para la toma del poder, y el obispo de Arauca mediante las obras de caridad buscaba el bienestar de la población vulnerable, y eso es antagónico a la perversidad comunista y por ello la pandilla del Eln cometió ese execrable crimen.

El cristianismo católico durante 2000 años de existencia ha cometido equivocaciones, pero el papa San Juan Pablo ll de forma valiente pidió perdón hace algunos años, por la inquisición, las cruzadas y por otros errores de la Iglesia, ante eso cabe una pregunta ¿los comunistas cuando van a pedir perdón por el asesinato de 150 millones de personas en el último siglo en diferentes países?

Hay que agregar que en ese número se encuentran miles de sacerdotes y religiosos, pues es indudable que el marxismo es la organización criminal que ha cometido el mayor numero de genocidios en la tierra en toda la historia y, los seguidores de la secta comunista a los que pertenece el Eln, así como matan a un humilde ciudadano cometen un magnicidio en contra de un obispo, porque para el marxismo-leninismo la vida de las personas no vale nada, lo que importa es el poder político.

La bronca que le tienen los enfermizos marxistas al papa San Juan Pablo ll, atacándolo con infamias, es porque el pontífice junto al expresidente de EE. UU. Ronald Reagan y al dirigente sindical polaco Lech Walesa mandaron a la basura de la historia al comunismo totalitario en Europa con la caída del muro de Berlín, y eso los marxistas no lo pueden perdonar.

Sin embargo aprovechándose del atraso ideológico que siempre ha existido en Latinoamérica, Lula Da Silva y el sátrapa de Fidel Castro en 1990 montaron lo que se conoce como el foro de Sao Pablo, para reciclar del basurero de la historia al esperpento marxista-leninista e implementarlo en la región, posteriormente se le unió a esta empresa siniestra y esclavista, el orate venezolano de Hugo Chávez con el socialismo del siglo XXl que es el mismo castrochavismo.

Los jefes del comunismo totalitario de manera cínica y sin ningún empache, admiten los millones de crímenes cometidos por sus correligionarios en los últimos 100 años. Es así como el vicepresidente de Bolivia, el señor Álvaro García Linera, quien es un marxista recalcitrante y además es el que le da línea al foro de Sao Pablo, en un artículo titulado: “¿Fin del ciclo progresista o proceso por oleadas revolucionarias?” reconoce que en los primeros años de la revolución rusa bajo la dictadura de Lenin de 1919 a 1922 fueron asesinadas 7 millones de personas por hambre.

Con semejante declaración fácilmente los comunistas pueden llegar a la cifra de 150 millones de asesinatos en países como la URSS, China, Norcorea, Vietnam, las naciones de la antigua cortina de hierro y en Cuba, a lo cual se deben agregar los múltiples crímenes cometidos por las guerrillas marxistas en varios países como ha ocurrido en Colombia con las Farc y el Eln, dentro de los cuales está el asesinato de monseñor Jesús Emilio Jaramillo Monsalve.

Frente al asesinato en 1989 de Monseñor Jaramillo obispo de Arauca por parte de la banda terrorista del Eln, hay que reconocer que el marxismo-leninismo que astutamente también se esconde en la teología de la liberación, indiscutiblemente tiene el crimen como un principio que está implantado en sus genes, por lo que hay que afirmar sin temor a ser desmentido que el comunismo totalitario es enemigo de la humanidad; y la beatificación del obispo mártir de Arauca es un mensaje taxativo de parte del Vaticano señalando quienes son los responsables de la génesis del conflicto en Colombia que durante más de 5 décadas le ha traído tanto dolor al pueblo.

Es una excelente noticia la exaltación a los altares de Monseñor Jaramillo Monsalve, y como le dijo Jesús al apóstol Pedro: “ni siquiera el poder de la muerte podrá vencer a la Iglesia”.

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