Se cumple el 50 aniversario de la muerte del guerrillero argentino Ernesto ‘Che’ Guevara, quien junto a Fidel y Raúl Castro se tomaron el poder en Cuba a sangre y fuego, el primero de enero de 1959. El guerrillero argentino murió a manos del ejército boliviano el 9 de octubre de 1967, convirtiéndose por obra y gracia del aparato propagandista cubano en el símbolo del “guerrillero heroico”, y mediante un montaje fotográfico en emblema de la “rebeldía”, manipulado por la fementida marxista leninista, especialmente en Latinoamérica y en algunas partes de Europa.

El sátrapa de Fidel Castro, siendo un fiel lacayo de la URSS, traicionó y abandonó al ‘Che’ Guevara porque, según algunos dirigentes de las camarillas marxistas en los países de la Cortina de Hierro, estaba haciendo quedar mal a los partidos comunistas pro- soviéticos, y además el sicópata guerrillero gaucho se acercó al maoísmo chino, que en ese momento mostraba su odio radical hacia occidente y había roto relaciones políticas con Moscú.

El ‘Che’ Guevara fue un asqueroso criminal que, en una carta que le escribió a su padre después de haber mandado fusilar en Cuba  a un prisionero, le  decía: “Tengo que confesarte,  papá, que en ese momento descubrí que realmente me gusta matar”. Semejante afirmación es propia de un enfermo mental amante de los genocidios que solo es producido por el odio que enseña el adefesio marxista cuyo principios medulares son el de la violencia y el de la lucha de clases como un ajuste de cuentas o vendetta igual a cualquier mafia, y no es que el marxismo sea solamente un guía para la acción, como dicen algunos despistados, sino que sus dogmas conducen a que muchos  de sus miembros se crean iluminados por esa doctrina supersticiosas e infame, para avasallar y matar a los demás, teniendo como ejemplo patético al  ‘Che’ Guevara.

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Al tristemente célebre  guerrillero argentino se le conoció desde que estaba en la  Sierra Maestra combatiendo al lado de Fidel Castro su inclinación desenfrenada por el crimen. Por ello, en una carta que le envió a su esposa de ese entonces decía  que estaba en la manigua  y que vivía sediento de sangre. Por su vesania se le conoció al  ‘Che’ Guevara como  el Carnicero de la Cabaña, ante la crueldad como dirigía los fusilamientos en esa fortaleza cubana, en los primeros años de la revolución, mostrando su carácter genocida, y fueron miles de cubanos los que murieron en ese lugar a manos del desalmado criminal argentino.

Era racista y homófobo, ya que en varias oportunidades no solo se pronunciaba en contra de los negros y los homosexuales, sino que también los perseguía, denotándose que el ‘mártir marxista’ en su vida fue una persona inhumana y cruel en contra  de los  semejantes que no  fueran de su agrado, lo cual fue muestra de la catadura moral de ese  sujeto, que además le hacía exaltación al terrorismo cuando afirmaba: “ ¡El odio es el elemento central de nuestra lucha! El odio tan violento que impulsa al ser humano más allá de sus limitaciones naturales, convirtiéndose en una máquina de matar violenta y de sangre fría”. Ahí también  queda patentado lo  que fue ese falso apóstol de la causa social, que buscaba oprimir a los pueblos Latinoamericanos con el comunismo totalitario.

La patología marxista del ‘Che’ Guevara la demostraba además en el repudio que le tenía a la libertad de prensa, cuando eructaba la siguiente frase: “Hay que acabar con todos los periódicos. Una revolución no se puede lograr con la libertad de prensa”. Así que tener de  icono a un personaje tan siniestro, a quien  algunas personas lo portan en su vestuario desconociendo la historia de ese lastre de la libertad,  es un ultraje a los avances humanistas  de la civilización, por ello no se entiende que en la Universidad Nacional de Colombia su plaza  principal lleve el nombre de ese  psicópata, cuando ha habido verdaderos mártires en  Colombia a los cuales se les podría hacer ese  homenaje como son: José Antonio Galán, Jorge Eliécer Gaitán o José María Melo.

“Ante la duda, mata”. Esa fue la consigna del ‘Che’ en la Cabaña, ya que ese genocida nunca trató de ocultar su crueldad, por el contrario, entre más se le pedía compasión, se mostraba más cruel.  Del terrorista argentino se  recuerda su discurso en la ONU el 11 de diciembre de 1964, donde con todo el cinismo del mundo afirmó:  “Si hemos fusilado, fusilamos y seguiremos fusilando”. Por ello, con semejante bestia no se puede sino repudiar al marxismo, que es el que fabrica esos engendros para tomarse el gobierno de las naciones, condenando a los pueblos al envilecimiento mediante la esclavitud.

El mito del  ‘guerrillero heroico’ con el ‘Che’ hay que mandarlo a la cloaca de la historia, enseñándole a las nuevas generaciones la catadura criminal de semejante alimaña, rechazando la manipulación de la fauna marxista leninista que con el socialismo del siglo XXl y el  foro de Sao Pablo pretenden engañar sobre la figura de Ernesto Guevara  de La Serna. Subrayando que las burocracias comunistas en Latinoamérica con  Hugo Chávez en su momento, Nicolás Maduro, Evo Morales,  Daniel Ortega y desde  luego los Castro en Cuba, han buscado vender  como referente de las luchas sociales a  ese  asesino; por ello en la lucha ideológica en contra del  totalitarismo comunista lo primero que se debe hacer es bajarle del pedestal a sus  “ídolos”, porque con el debate fértil de las ideas se pone a temblar al marxismo leninismo, ya que no tiene la razón.

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