Mucho se ha dicho sobre el acoso sexual del que son víctimas frecuentes todas aquellas mujeres y hombres que sueñan con consolidar una carrera en el medio artístico, especialmente en el mundillo de la televisión.

La fama tiene su precio y en el medio, hoy en día, nadie da puntada sin dedal, ni el talento nato es suficiente para lograr un lugar y sobresalir rápidamente, situación que muchas veces aboca a estos pichones de la actuación a ceder a las pretensiones sexuales de directores, productores, libretistas, jefes de casting y demás personajes con cierto poder dentro de un canal de televisión o productora.

Aunque como dicen, es un viejo secreto a voces, el eventual cobro de favores sexuales en el medio televisivo nacional y latino, para que una novata o primíparo de la actuación obtenga un rol de reconocimiento en una telenovela o serie.

El asunto nunca ha propiciado escándalos de marca mayor, pues se asume que para estas jóvenes y muchachos el tener que “sacrificarse”, les puede brindar más adelante el reconocimiento y rédito anhelados.

En México por ejemplo se llegó a decir que las bellas actrices de los 80 y 90 tenían que pasar por el lecho del potentado más reconocido, apodado ‘El tigre’, para lograr convertirse en rutilantes estrellas del famoso canal, como también se afirmó que los apuestos jóvenes prospectos de galanes, debían meterse en la cama de productores y altos ejecutivos para estelarizar.

En Colombia hace varios años una actriz primípara denunció en los medios a un reconocido director de acosarla sexualmente y exigirle acostarse con él para incluirla en el elenco de la telenovela que dirigía.

El escándalo fue mediático y fugaz, el señalado obviamente desmintió las aseveraciones en su contra y adujo que eran falacias de una chica resentida que simplemente no había pasado un casting y antepuso su prestigio profesional como escudo.

Por los pasillos de las antiguas programadoras se escuchaba decir que un reconocidísimo libretista convertía de inmediato en sus actores consentidos a quienes accedían a fungir como sus amantes de turno, otorgándoles roles protagónicos en todas sus novelas.

Chismes, falacias, lo cierto es que cuando el río suena, piedra lleva y ya depende de la estructura moral de cada uno de estos hombres y mujeres que sueñan con ser famosos y obtener un lugar como actores o actrices, el ceder o no, a este tipo de favores sexuales para alcanzar sus metas en el medio.

El acoso sexual sigue presente en todos los ámbitos laborales y la TV obviamente no es la excepción y remito a tocar este tema en particular por el relato que me hizo una amiga actriz recientemente a la que le dijeron en un casting en son de broma y como un anzuelo con carnada: “quieres fama, acuéstate en mi cama”.

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