Los votos válidos sumaron en total 12.808.858, mientras que los votos no marcados, faltando el conteo de solo dos mesas, fue de 86.243 y los nulos 170.946, en total son 257.189.

Sorprende que un tarjetón tan sencillo, donde solo había dos casillas una por el ‘sí’ y otra por el ‘no’, no fuera bien utilizado por el votante.  Este tarjetón era muy diferente a los de otras jornadas electorales que contaban con infinidad de casillas de números y colores.

No sorprende que algunos de estos sufragios hayan sido rayados de manera voluntaria a manera de protesta por personas que querían desaprobar este proceso, como ya ha sucedido en pasadas elecciones. Sin embargo, no será el caso de todos los votos nulos.

Del mismo modo, no se entiende como las personas llegan al puesto de votación y no marcan ninguna casilla, simplemente, introducen el voto en la urna tal como lo recibieron.

En la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en el 2014, donde el tarjetón solo se diferenciaba por tener una casilla más, dedicada al voto en blanco, hubo un total de 403.405 votos nulos y 50.152 no se marcaron, es decir una cantidad considerable cercana al medio millón de votos.

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