Son 12 los relatos de mujeres cuyas identidades continúan bajo reserva para garantizar su seguridad, aun después de que abandonaran las filas y vivan alejadas de toda influencia guerrillera, destacó El Espectador.

Son testimonios crudos que dibujan la multiplicidad de crímenes que se cometieron entre los años 1998 y 2014 a jóvenes que ingresaron a la subversión, cerca de 950 menores de edad, según estimativos divulgados por el mismo diario.

Los investigadores de la Fiscalía acopiaron pruebas de que, bajo las estipulaciones de las Séptima y Octava conferencias guerrilleras, en las que se prohibió a las mujeres quedar en embarazo, algunas combatientes fueron obligadas a inducir o practicar abortos, e incluso, a someterse a un juicio de guerra si no accedían a deshacerse de sus bebés en formación.

Los abusos fueron tan desmedidos que, incluso, algunas de las víctimas murieron debido a infecciones. Muchas de ellas fueron violadas u obligadas a sostener relaciones sexuales no consentidas con jefes o mandos medios de esa estructura guerrillera.

Algunas de las víctimas cuentan que sufrieron acoso sexual, que fueron sometidas y ultrajadas, que conservan hondas heridas psicológicas y que ser virgen en la guerrilla es un pecado y, al mismo tiempo, un premio que los comandantes querían cobrar de contado.

Otro relato denuncia que Jaime Alberto Parra Rodríguez, alias el ‘Médico’ o ‘Mauricio Jaramillo’, negociador de las Farc en Cuba, practicó abortos mintiendo, en ocasiones, para proceder con las intervenciones quirúrgicas.

Cada uno de los relatos describe momentos dramáticos que, sin embargo, siguen sin ser investigados a profundidad pero que hacen parte de un extenso documento compilatorio que la Fiscalía se proponía llevar a instancias de la Justicia Especial para la Paz, el mecanismo jurídico creado para juzgar a todos los involucrados en el conflicto colombiano, reseñó el diario.

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