Rubio fue capturado en días pasados por haber publicado noticias falsas para desviar una investigación contra él por el hallazgo de una caleta con armas y explosivos de las Fuerzas Militares.

De acuerdo con la revista Semana, las comunicaciones hechas desde el teléfono celular de Rubio, y grabaciones, lo involucran a él, así como a otros periodistas, en al menos otros 2 casos.

El primero de ellos es el del denominado Cartel de los Reintegros en la Policía, del que también forman parte abogados, jueces y magistrados, y que buscaba reintegrar policías con mala conducta a la institución, luego del pago de jugosas indemnizaciones, que ya totalizan 8.889 millones.

Fuentes citadas por la revista dan cuenta de que policías destituidos eran contactados por ellos para ofrecerles sus servicios, a cambio de una comisión por la indemnización, para orientarlos sobre cómo y dónde presentar la reclamación, para lo cual pedían un anticipo para “aceitar la maquinaria”.

“Parte de la labor de los periodistas, aparte de servir de enlaces y lobistas, consistía en que ellos con su amigos en los medios entrevistaban o publicaban noticias sobre esas ‘injustas destituciones’. Eso ayudaba a ambientar el tema y servía de presión en los tribunales”, dijo un oficial destituido a Semana.

Nueve de los doce abogados, cada uno de los cuales llevaba unos 15 procesos, eran expolicías y se comunicaban constantemente vía celular y mensajes de texto con 9 periodistas, uno de los cuales era Rubio. Así mismo, según el análisis de las comunicaciones, tenían contacto permanente con los jueces y magistrados que fallaban a su favor.

El segundo caso en el que está involucrado Rubio tiene que ver con los escándalos de corrupción dentro de la Policía a finales del año pasado, que tenían en la picota pública al general Rodolfo Palomino.

Nuevamente, el celular lo condenó: Rubio y otros periodistas mantenían una fluida comunicación con cuestionados policías, algunos de los cuales -según Semana- aparecieron en medios como testigos estrellas “para reforzar algunas denuncias… Lo cual aumentó el caos en la Policía”.

Como premio Rubio supuestamente sería nombrado jefe de comunicaciones de la Institución cuando se diera el relevo en su cúpula.
Como consecuencia del avance de las investigaciones, la Fiscalía ha logrado probar -según Semana- que no existían interceptaciones o ‘chuzadas’ a periodistas que denunciaron la corrupción, y que no existía una red de prostitución en la Policía.

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