“Ahumada, ¿dónde anda? Venga pa’acá”, dijo Vargas Lleras, mientras se escuchaban unos aplausos muy suaves.
El intendente Ariel Ahumada (el escolta agredido), con la cara muy seria y mirando al frente, escuchó al vicepresidente.
“Ahumada ha sido un escolta ejemplar. Lleva trabajando conmigo seis años. Le quiero pedir, públicamente, disculpas por un incidente que no debió haber ocurrido”, declaró Vargas Lleras.
El intendente respondió con un apretón de manos, asintiendo con la cabeza, y un lacónico “Sí, señor”, mientras la expresión de su rostro seguía casi inmutable.
Vargas Lleras siguió: “Acéptemelas. Son muy sentidas. No es poco el tiempo que llevamos juntos. Yo reconozco que la tarea de ustedes siempre es vigilar y cuidar de mi seguridad”.
“Lo que no creo es que eso sea incompatible con respetar a la ciudadanía, con no agredirla”, aseguró el funcionario, y luego añadió a sus palabras una especie de llamado de atención.
“Les quiero insistir a usted y a todos los esquemas de seguridad, al mío propio y a los demás, que sean un poco más respetuosos con la ciudadanía, porque una y otra cosa nunca podrán incompatibles”, concluyó Vargas Lleras.
También escribió un mensaje en Twitter para asegura que se disculpó en privado:
Presento públicas disculpas, como ya lo había hecho en privado, al intendente Ahumada por un hecho ocurrido hace 2 días en Ciénaga de Oro https://t.co/Buobc89eox
— Germán Vargas Lleras (@German_Vargas) December 23, 2016
Sus palabras fueron recogidas por CM&:
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