“No se eliminarán los acuerdos, sí se modificarán”, afirmó Uribe en un desayuno informativo en Madrid, organizado por el Foro Nueva Economía.

El expresidente, que se definió como “la oposición en Colombia”, insistió en diferenciar sus críticas al Gobierno del pueblo colombiano, del que dijo que “se merece un mejor gobierno”.

Fue muy crítico con el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos, al considerar que ha facilitado la impunidad para las Farc y la impunidad, dijo, “es la partera de la violencia”.

Rechazó la “elegibiliad” de los antiguos guerrilleros, a los que calificó de “marxistas leninistas” que debilitarían la economía colombiana y aspiran a “crear una segunda Venezuela”.

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Uribe, que se calificó como “un agitador político de los valores democráticos”, insistió en que “no se puede seguir en la tarea de indulgencia con el terrorismo”.

Asimismo mostró su preocupación por el secuestro de dos periodistas holandeses esta semana en el Catatumbo, una conflictiva zona fronteriza con Venezuela, país al que acusa de apoyar a los grupos guerrilleros colombianos.

El ahora senador, que no se presentará a la presidencia de su país puesto que la Constitución se lo impide, reclamó una reforma de la justicia para evitar —según sus palabras— que las Farc, a las que definió como el mayor cártel de cocaína del mundo, “dé su propia justicia”.

El expresidente denunció que la violencia está aumentando en su país, sobre todo los secuestros, lo que —dijo— debilita la economía porque socava la confianza de los inversores.

También denunció un aumento del narcotráfico y lo achacó al acuerdo con las Farc, del que insistió fue rechazado en un referéndum: “contra el mundo, ganó el no”, afirmó en referencia a la consulta popular.

Uribe también dijo que el Eln estaba prácticamente desaparecido y ahora tiene más fuerza porque guerrilleros de las Farc “han cambiado de brazalete”.

Fue muy crítico con Venezuela, país del que dijo se encuentra en “emergencia democrática”.

Uribe fue presentado en el foro por el español Pablo Casado, del gubernamental Partido Popular, que lo calificó como “un político de mano firme con corazón grande”.

EFE