La hermana Clara, como se identifica, cuenta que ella y la monja colombiana Gloria Cecilia Narváez Argoti estaban viendo televisión en una casa de la parroquia de Karangasso cuando cuatro hombres entraron a la fuerza y las intimidaron, según dijo a Blu Radio.

“Estábamos reunidas viendo noticias y luego entraron unas personas armadas, unas con machete y otras con armas de fuego, mientras ellos llegaron una hermana alcanzó a encerrarse en su cuarto, otra fue capturada (…) El señor dijo que una de nosotras los tenía que acompañar, que si estábamos tranquilas no nos iban a hacer nada”, narró la religiosa, a la emisora.

Sor Clara dice que los hombres llegaron con los rostros cubiertos con pasamontañas y que luego se los quitaron. Además, que se llevaron “computadores” y “dinero” de la casa.

La religiosa relata, a la cadena radial, que “iban vestidos de civil, hablaron en francés”, y que en medio de la confusión “alguien dijo ‘sí, somos yihadistas’, pero lo dijo en voz baja y solo una vez”.

Si bien esta mujer no entiende los motivos del secuestro ni cuándo podría ser liberada la monja Narváez, la madre superiora de esa congregación de Hermanas Franciscanas dijo, en La F.m., que lo que sabe es que los secuestrados anunciaron que la devolverían.

Por ahora, las Fuerzas Armadas Malienses continúan con la búsqueda de la monja, que pudo haber sido conducida a los cercanos bosques que se extienden en la frontera con Costa de Marfil, indicó EFE.

Ningún grupo armado, hasta el momento, se ha atribuido la responsabilidad por el secuestro, que es el primero desde la víspera de la navidad pasada, cuando la trabajadora francesa Sophie Petronin fue retenida en el norte del país, donde grupos yihadistas han perpetrado varios ataques.

La congregación Franciscana pide ayuda del gobierno para adelantar trámites en Malí, ya que no hay embajada colombiana en ese país.

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