Sin conocerlo, y sin querer, Svetlana Alexiévich le acaba de hacer un gran daño a Fernando Vallejo

Eso ocurrió en la Feria del Libro de Bogotá en la que los dos escritores se presentaron con 48 horas de diferencia. ¿Entonces, cómo pasó? Sergio Ocampo Madrid hace un paralelo en su columna de El Tiempo, y ahí el escritor antioqueño (mexicano) sale mal librado, porque, según Ocampo, frente al drama de la Premio Nobel de Literatura, “el de él parece la pataleta de un adolescente de clase media alta al que no dejaron ser director de cine”. Agrega, en clara alusión a Vallejo, que Svetlana solo tiene pasaporte bielorruso y no abjura de su nacionalidad, “y ni siquiera de su mundo ruso […], y prefiere cuestionarlo, criticarlo con firmeza pero sin la estridencia de los calificativos”. Además, dice que la voz de Svetlana debe ser más incómoda para el presidente de Bielorrusia que la de Vallejo para el establecimiento colombiano, “aunque llame ‘vagamundo’ y ‘malparido’ a Santos, y se burle de ‘Pastranita el locutor’ o de ‘los huerfanitos de Galán’”. Afirma que incluso “para el mismo Dios […] debe ser una presencia más inquietante la de Svetlana, con su cuestionamiento silencioso por tanta catástrofe junta sobre un solo pueblo en menos de un siglo, que la actitud pendenciera de Vallejo casi clamando un ‘le doy en la cara, marica’”. En suma, Ocampo confiesa lo que sintió después de escuchar a Svetlana y a Vallejo: “Sentí que la bielorrusa, sin conocerlo y sin saberlo, me había terminado de matar la ilusión por mi antiguo paisano”.

El ’youtuber’ Germán Garmendia no es una amenaza contra los libros, sino un campanazo contra la hegemonía de la televisión tradicional

Eso porque su programa de cinco minutos, cada viernes, por YouTube, cuenta con 27 millones de usuarios, reflexiona Lisandro Duque Naranjo en su columna de El Espectador, y saca la siguiente cuenta: a esa cifra no llegarían en varios días, sumados un con otro, los dos canales comerciales que hay en Colombia. Advierte que con los desarrollos contemporáneos de la tecnología, “una cantidad de talentos agazapados está emergiendo. Ha empezado el audiovisual de autor. Aquí en Colombia hay varios ya, solo que apenas están abriendo las ventanas. Pero con cada ciudadano provisto de una cámara […] ya menudean los reporteros ad hoc, los documentalistas inéditos, los ambientalistas omnipresentes […] y comparten cuanto les ocurre subiéndolo a la red”. Concluye con una reflexión que deriva de sus cuentas: “Se están quedando sin piso […] los centros de poder audiovisual. Ya en el cine ocurrió: en Colombia, hasta hace quince años, las pocas películas las hacíamos cuatro gatos. Ahora se estrenan 36 al año. Y quienes las hacen, o las hacemos, estamos siendo desbordados por millones de cámaras que andan sueltas por ahí. Asistimos a una revolución”.

Si Peñalosa logra pavimentar la reserva Van der Hamen, será un perjuicio irreparable para la salud y la estética de Bogotá

Por el contrario, hacen falta zonas verdes, árboles, parques. Y no hay más tierra, lamenta Mauricio Botero Montoya en su columna de El Nuevo Siglo. Para este columnista, el argumento de pavimentación de Peñalosa “es tan válido como su doctorado”, pues “alega que esa tierra no es una reserva ecológica sino unos pastos con vacas… Y acto seguido elogia la necesaria labor de las urbanizadoras”. Y remata: “Ei el señor Peñalosa cree que los bogotanos se dejarán embobar al alegar su inexistente PhD o embelecos técnicos para preservar ese bien comunitario, está equivocado por la mitad de la barba. Los actuales habitantes tienen más acceso a internet, están alerta, lo que no ocurrió en los noventa cuando se sufrió el detrimento patrimonial de las losas de Peñalosa”.

Colombia está ante niños víctimas de la irresponsabilidad de sus padres y la indolencia de la sociedad

Esa es la resultante de una situación en la que concurren la pobreza, la debilidad institucional y la ferocidad de los corruptos, que han usado a estos niños, para enriquecer sus cuentas, asegura Pedro Medellín Torres en su columna de El País, de Cali, y se queja de que lo que todavía no logra conmocionar al país, pese a su magnitud y dureza, es la violencia contra los menores. “Ciertamente hay que reconocer los esfuerzos del Icbf y la Policía Nacional por reducir esos índices. Pero todavía resultan insuficientes para una sociedad indolente frente a la agresión masiva y sistemática a la que están siendo sometidos nuestros niños. No sólo por la magnitud del problema, sino por el silencio cómplice de la sociedad. Tanto en reaccionar ante la denuncia, como en la protección solidaria”, sostiene.

Los trabajadores y empleados de todo el mundo afrontan tiempos turbulentos

“Con la globalización, acelerada desde los años 80 del siglo pasado, seguida por la internacionalización del capital productivo, el cual se ha fraccionado por todo el mundo, y la irrupción de la sociedad de la información y la digitalización, los procesos de destrucción del empleo avanzan raudos, sin que se vea un efecto creador fuerte de nuevos empleos, que siempre traen las nuevas tecnologías”, explica Jairo Parada en su columna de El Heraldo. Para él, esa es la razón por la que el empleo precario, la inestabilidad laboral, la terciarización y los contratos temporales predominan en el mundo. “Colombia no es la excepción. Atrás quedaron la seguridad de los empleos de contratos a término indefinido, la estabilidad laboral y la seguridad en esta sociedad”.

LO ÚLTIMO