“Como lo mostró La Silla Vacía en 2015, al revisar las principales encuestas de las elecciones locales de 2011 y las presidenciales de 2014, solo una de esas 21 mediciones que revisamos no tuvo descaches superiores al 5 por ciento o a su margen de error”, dice su directora, Juanita León.

León asegura que cualquier análisis que se haga a partir de encuestas no confiables, más que informar pueden despistar.

Al argumento de León se une a uno más radical, planteado implícitamente por el representante a la Cámara Rodrigo Lara, al denunciar presunto ‘amañamiento’ de resultados de la última encuesta de Invamer-Gallup para favorecer a Sergio Fajardo: las encuestas no para reflejar opinión pública sino para modelarla y manipularla.

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Lara aseguró que uno de los propietarios de Invamer, Jorge Londoño de la Cuesta, es ficha de Fajardo en las Empresas Públicas de Medellín. Y que esta encuesta en particular inicia “un lento proceso de desinfle” de la candidatura de Claudia López y Jorge Robledo, con quien Fajardo se alió.

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