Aunque a los propietarios de estos animales les parezca extraña la situación, la Policía cree que quienes están pelando a los burros lo hacen para comercializar su piel al mercado chino, ya que allí es muy apetecida para fabricar zapatos, carteras y otros elementos de cuero, informa El Meridiano.

“La Policía vino, tomó fotos y se fue. Es la primera vez que pasa esto por acá.  Creo que debe haber implicada gente de la zona, porque quienes se metieron se nota que conocían el lugar”, manifestó a ese medio Alejandro Osorio, propietario de los 10 burros que amanecieron despellejados hace dos semanas en el corregimiento de San Antonio.

Pero la denuncia de este campesino no tuvo efecto y este martes, 19 de abril, se registró la otra masacre de asnos.

Y es que testigos del caso contaron a RCN Radio que estas pieles pueden llegar a costar hasta 700 mil pesos en el mercado negro, cifra que motiva a los traficantes para que ataquen cruelmente a estos animales.

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Las autoridades también sospechan que la carne la estarían vendiendo en municipios de Medellín y otras poblaciones aledañas, en donde la ofrecen como si fuera de res.

Hasta el momento no hay pistas de los agresores, pero la Policía adelanta controles en las vías y ha decomisado varios burros que son transportados de manera ilegal.

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