Según el funcionario, él no ha dicho que tiene un título de doctor en Derecho Administrativo de la Universidad San Pablo de España porque por tener “letra fea” le pidió a alguien que consignara sus estudios en el documento con el que concursó por el cargo para el periodo 2016–2019.

La defensa del contralor argumentó que tiene Estudios Avanzados en Derecho Administrativos acreditados con un certificado de diplomado, pero no de doctorado.

En la audiencia pública ante la Procuraduría, Zuluaga dijo que no se dio cuenta que su asistente malinterpretó la información, por eso escribió que él culminó esos estudios y no que los estaba cursando, con lo que sumó más puntaje en su aplicación.

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Zuluaga señaló que nunca tuvo la intención de engañar o presentar documentos falsos: “Tengo que aceptar que hubo un error de mi hoja de vida (…) Pero yo la firmé. No verifiqué y nunca estuve concentrado en ese error”, señaló.

Agregó: “nunca quise posar como doctor ni tuve la intención de hacerlo. Si así lo hubiera sido, nunca habría presentado yo mismo la certificación de la universidad que dice que terminé los estudios y que se está haciendo una tesis. ¿Dónde está la intencionalidad de uno querer posar de lo que no es?”.

Sin embargo, la Procuraduría obtuvo pruebas de la universidad, en los que certifica que Zuluaga sí inició el doctorado, pero no cumplió los requisitos necesarios para obtener el título.

La diligencia se cumplió en medio del proceso que adelanta el Ministerio Público porque el contralor “proporcionó información inexacta” y “habría incurrido en presunta falsedad ideológica”, hecho que fue calificado como “grave a título de dolo”.

Sin embargo, este no es el primer escándalo que rodea al contralor. En julio pasado fue vinculado a una investigación de la Fiscalía por utilizar recursos públicos para practicarse una liposucción.

Por ese caso Zuluaga fue capturado, pero días después quedó en libertad por falta de pruebas, y volvió a ejercer su cargo.

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