“Hoy vengo a ratificar ante el mundo que, entre los más de 20 conflictos armados que subsisten en el planeta, y que generan tanto dolor, pobreza y sufrimiento, hay uno, el de mi país, el de Colombia, que está en el camino final de una solución real”, dijo el mandatario.

Destacó que Colombia va a terminar “el más antiguo y el último conflicto armado del Hemisferio Occidental. Porque lograr la paz –en Colombia y en cualquier rincón de la tierra– es una responsabilidad que nadie debería evadir”.

“Han sido más de 50 años de guerra interna, en un país destinado al progreso y la felicidad, y estamos decididos a terminarla”, continuó el Mandatario. “Porque la paz es una misión difícil, pero no imposible. La paz es algo más que el fruto de un proceso político, social o económico”.

Expresó sin ambages su optimismo por lo logrado en La Habana con las Farc: “Logramos un acuerdo sobre lo más difícil en cualquier proceso de paz: un sistema de justicia transicional que garantiza la no impunidad para los delitos más graves cometidos con ocasión del conflicto”, dijo.

“Con este acuerdo –que respeta la normatividad y los principios del derecho internacional y de nuestra propia Constitución– se coloca por primera vez el derecho de las víctimas a la justicia –así como a la verdad, a la reparación y a la no repetición– en el centro de la solución de un conflicto armado”, agregó.

Resaltó que es la primera vez, en la historia de los conflictos en el mundo, en que un gobierno y un grupo armado ilegal –en un acuerdo de paz y no como resultado de posteriores imposiciones– crean un sistema de rendición de cuentas ante un Tribunal nacional por la comisión de crímenes internacionales y otros delitos graves.

“Estamos sentando un precedente que puede servir de modelo a otros conflictos armados en el planeta”, continuó Santos. “Y es tan importante este avance –tan significativo– que nos permitió dar dos pasos adicionales, que son la mejor noticia que traigo a este gran foro de naciones”.

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