Este restaurante, ubicado en la ‘Zona G’ de la capital, no se quedó en los límites de lo permitido y superó el tabú de la desnudez. “Se sirve comida digna de catalogarse como ‘pornográfica’”, así lo indica Cívico.

Los dueños de este ingenioso lugar crearon el Naked Room, un cuarto privado en el que solo pueden ingresar seis personas que compartirán una cena inolvidable. Los clientes pueden cubrirse con una bata de seda o quedarse sin ropa, si así lo desea.

Para que conozca más de los platos, los horarios y toda la propuesta al desnudo de Ocus, vea el video publicado por Cívico en este enlace.

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