El exmandatario fue criticado por sectores políticos y de medios de comunicación por acusar al periodista y humorista de ser un “violador de niños”.

“No podemos aceptar que al expresidente Uribe, quien permanentemente es objeto de calumnias, injurias y difamaciones por parte de algunos periodistas y columnistas, se (le) ponga en la picota pública, validando de paso las violaciones a la ética y a la moral en las que sin escrúpulos incurre a diario, en los medios el humorista Daniel Samper”, dijo el partido en un comunicado.

En el texto, los precandidatos del Centro Democrático, la bancada de congresistas, diputados, concejales y las directivas del partido se preguntan “si el deber que tienen los medios de informar, formar y movilizar, otorga licencia para el maltrato, la difamación, la injuria y la calumnia”.

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La polémica se desató en Colombia el pasado viernes a raíz de un Twitter de Uribe respaldando a un lector de la revista Semana que protestó por una columna humorística de Samper Ospina sobre el departamento de Antioquia, de donde es originario el expresidente.

“Federico Escobar protesta por ofensa del violador de niños, Samper Ospina, a Antioquia, ofensa publicada en Semana”, escribió Uribe.

En la columna que generó la indignación de Uribe y de algunos lectores, Samper Ospina se refiere a una disputa territorial entre los departamentos de Antioquia y Chocó por el empobrecido poblado de Belén de Bajirá.

Según el abogado Federico Escobar, suscriptor de Semana y cuya carta de protesta publicó Uribe junto a su mensaje en Twitter, el periodista se refiere a los habitantes de Antioquia en un tono racista.

Para justificar su acusación, el exmandatario publicó ayer una carta en la que dijo que el periodista también “maltrató a una niña de tres meses de nacida, hizo asociación pública de su nombre con drogas ilícitas, y atentó contra la honra de su madre y de su familia”, en referencia a la hija de la senadora Paloma Valencia, del Centro Democrático.

Por su parte, Samper Ospina aseguró que acudirá “a las armas legales para confrontar la capacidad de odio y de difamación” del expresidente.

Este domingo 58 representantes de los principales medios de comunicación de Colombia firmaron una misiva dirigida a Uribe en la que le piden dejar de “calumniar y difamar”.

La Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) rechazó el mismo viernes lo dicho por Uribe y lo consideró “una violación a la libertad de prensa, una estigmatización carente de cualquier prueba y una afirmación irresponsable que activa desde su rol como congresista un riesgo para el periodista”.

Este es el texto del comunicado de respaldo al expresidente Álvaro Uribe Vélez

“Los precandidatos del Centro Democrático, la bancada de congresistas, los diputados y concejales, y las directivas del Partido respaldan al expresidente y senador Álvaro Uribe Vélez, frente a las críticas y señalamientos de un grupo de periodistas, a raíz de un comentario en su cuenta de Twitter, ignorando el contexto del mismo.

No podemos aceptar que al señor expresidente Uribe, quien permanentemente es objeto de calumnias, injurias y difamaciones por parte de algunos periodistas y columnistas, se ponga en la picota pública, validando de paso las violaciones a la ética y a la moral en las que sin escrúpulos incurre a diario, en los medios de comunicación, en este caso, el humorista Daniel Samper Ospina, entre otros.

Hoy nos preguntamos si el deber que tienen los medios de informar, formar y movilizar, otorga licencia para el maltrato, la difamación, la injuria y la calumnia. Nos preguntamos si el compromiso con la búsqueda de la verdad, otorga la potestad para decidir qué honra se respeta y cuál se atropella.

Llama la atención que quienes hoy piden la judicialización del expresidente Álvaro Uribe Vélez, por un trino, hayan guardado siempre silencio ante el atropello sistemático que él ha recibido en ciertos medios de comunicación por parte de periodistas y columnistas. Ningún colombiano ha sido ofendido y calumniado tanto como Álvaro Uribe Vélez, a quien han llamado: ‘asesino’, ‘paramilitar’, ‘corrupto’, ‘gamín’, ‘mano negra’, ‘narco’, entre otros muchos términos injuriosos a su dignidad y la de su familia, y no hemos escuchado ni a los directores de medios ni a los periodistas exigir respeto a sus colegas.

Los derechos y deberes no se aplican selectivamente. No puede haber doble rasero. El libertinaje en los Medios es un peligro para la democracia y para la propia libertad de prensa. Así mismo, el humor no puede ser patente de corso para pisotear una y otra vez la dignidad de las personas.

En épocas de crisis es importante que la prensa vuelva sobre las palabras de Núñez: “La imprenta debe ser antorcha y no tea, cordial y no tósigo, debe ser mensajera de la verdad, y no de error ni calumnia, porque la herida que se hace a la honra y al sosiego es con frecuencia la más grave de todas”.

Bogotá, 17 de julio de 2017.