La columna Jacobo Arenas de las Farc recomendaba “no reclutar ladrones, viciosos, pandilleros, enfermos, ni lesbianas, prostitutas o gais”, dice el archivo reseñado por el diario.

Así mismo, esa estructura guerrillera decía que los tatuajes “tampoco están bien vistos”, cita El Espectador.

Además, explica el diario, las Farc tenían un formulario largo y detallado para las personas que quisieran ingresar a sus filas. Entre la información recopilada estaba una declaración de los bienes del aspirante aceptado, así como el origen de estos.

El documento le ponía al combatiente un código de identificación y registraba su alias, el frente al que iba entrar, su nombre de pila completo, fecha de nacimiento y “posición política frente a la guerrilla”.

De esta forma se iba conformando una hoja de vida, en la que los comandantes escribían evaluaciones de desempeño, precisa El Espectador.

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