Esta es la crónica de una ciudadana a cuyo hijo le robaron el teléfono celular en la mañana del sábado 12 de noviembre, que por fortuna solo le fue extraído del bolsillo en el transporte público, sin consecuencias para la integridad del joven.

Como el muchacho se dirigía a su trabajo, en la Av. Eldorado con Avenida Ciudad de Cali, una vez se dio cuenta de que le habían robado el teléfono llamó a su mamá y le encomendó realizar el trámite de bloqueo del aparato y denuncia por hurto ante las autoridades. El joven no imaginó que su mamá tendría la simulación de ‘un parto’.

Este es el ‘calvario’ que la señora sufrió, tal como la afectada se lo relató a Pulzo:

  1. Llamada al operador Movistar. Como la dirección de residencia no coincidía, el joven que contestó la llamada se negó rotundamente a seguir con el proceso, y con esta perla: “Señora, y ni se moleste en llamar más porque mis compañeros le van a decir lo mismo: no se puede”.
  2. Segunda llamada a la línea de Movistar. Contesta una niña y ella sí puede realizar el bloqueo del teléfono y el respectivo reporte, lo que demuestra que el primer operario simplemente no lo quiso hacer, y eso que se trataba de una emergencia.
  3. Reporte de hurto del celular en el sitio web de la Policía Nacional. La señora ve una luz de esperanza porque la Policía tiene un sitio especializado en esta dirección: http://srvpsi.policia.gov.co:90/; no obstante, la esperanza se desvanece de inmediato cuando, luego de digitar el número de la línea del celular robado y el motivo (hurto), esto arroja la página: “Sistema ocupado, intente nuevamente”. Su esposo siguió intentando reportarlo sin éxito durante cuatro horas más.Reporte celulares
  4. La señora llama al 123. La operadora le dice que eso lo atienden en el número 195.
  5. La señora llama al 195. “Qué pena pero eso no lo atendemos aquí”, le contestan, y le indican que se dirija a una estación de policía, en este caso la de la Cra. 75 #23F-07, frente a al Éxito de Modelia.
  6. Visita a la estación de Modelia. Cerrada. No atienden los fines de semana.
  7. Visita a otra estación. La madre, cada vez más preocupada, pues ya han pasado tres horas desde el robo del celular y no lo ha podido reportar, se acuerda de que en Modelia está la estación de Policía Santa Cecilia (Cra. 81 #24d-75), pero allí le dicen que no tienen ni idea, que en esa estación solo entrenan a los bachilleres y que no atienden ese tipo de casos (pero se sigue llamando ‘estación de policía’).
  8. En el Terminal de Transportes. Por iniciativa propia, pues no posee información ‘oficial’, la desesperada mujer toma una buseta y se va para el Terminal de Bogotá, pues recuerda que allá puso una denuncia hace unos años. Allí, la teniente Paola, de la Sijín, le informa que en efecto se puede hacer la denuncia, pero solo el afectado, no su mamá.

Ante la explicación de que el muchacho trabaja todo el día y que no se puede ‘volar’ del trabajo, la agente se limita a decir que esa es la norma y que más bien se apure, pues atienden solo hasta las 5 de la tarde. La madre se pregunta: “¿Qué tal que a mi hijo le hubieran hecho algo, estuviera en el hospital y le fuera imposible venir a poner la denuncia?” (No hay respuesta).

  1. ¿No se puede por Internet? La mujer se queja ante la teniente de que el sitio de la Policía no funciona, a lo que la teniente Paola responde: “Es que ese tipo de denuncias no se pueden hacer por Internet, solo se pueden hacer personalmente y por el titular del objeto perdido”.

Las preguntas que quedan son muchas: ¿Entonces para qué hay un sitio web especializado en reportar celulares robados? ¿Cuál es el conocimiento de los mismos patrulleros sobre los procedimientos para reportar estos casos? ¿Cuál es el ‘cacareo’ que hacen las autoridades sobre reducción del robo de celulares y recuperación exitosa de muchos de ellos, si es imposible que el ciudadano denuncie?

Por lo pronto, la señora espera que a su hijo le den permiso en el trabajo para salir antes de las 6 p.m. para hacer la diligencia, de lo contrario, “deje así”. Y menos mal que no se fue para la Zona Franca de Fontibón, a donde alguna de las instancias de la Policía la quería mandar.

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