El jefe negociador del gobierno dijo que han llevado las propuestas de quienes ganaron el plebiscito con lealtad y honestidad, pese a lo difícil de la tarea y ya se comienzan a ver algunos avances, según Blu Radio.

“Quiero insistir en eso con mucha honestidad, estamos trayendo estos puntos de vista y hemos logrado avances ayer.  Les contamos como lo de la sostenibilidad fiscal, que es una idea que no vino de nosotros, vino de los voceros del NO y fue realmente muy importante, prácticamente está aceptada”,

explicó.

Farc son optimistas

Un nuevo acuerdo de paz para Colombia está “próximo a ver la luz”, afirmó por su parte el negociador de las Farc ‘Iván Márquez’, en el marco de las negociaciones con el gobierno en Cuba para ajustar el pacto que fue rechazado en las urnas.

La mesa está trabajando con mucho dinamismo, con ahínco, revisando una gran cantidad de propuestas”,

dijo Márquez.

Las delegaciones del gobierno y la organización armada están modificando el acuerdo que suscribieron en septiembre para acabar con un enfrentamiento de medio siglo, y que fue rechazado en un plebiscito el 2 de octubre.

El revés en las urnas por mínimo margen impidió implementar el pacto, tras lo cual las partes acordaron mantener el alto al fuego vigente desde finales de agosto y realizar ajustes a partir de las iniciativas con los sectores que votaron en contra del convenio.

Según Márquez, las propuestas han “enriquecido el contenido del nuevo acuerdo”.

“Ese nuevo acuerdo está próximo a ver la luz, somos optimistas”, destacó el jefe negociador de las Farc.

La paz tiene que materializarse y muy pronto para un país que, como el de Colombia, ha estado sumido durante largos años en la confrontación del conflicto armado”,

sostuvo.

Las partes están revisando centenares de propuestas de ajuste, pero no han revelado el alcance de las reformas al texto de 297 páginas.

El acuerdo que fue rechazado en las urnas prevé en esencia que las Farc depongan los fusiles después de más de cinco décadas, y se conviertan en partido político.

Asimismo, contiene fórmulas para mejorar la situación en el campo -escenario histórico del conflicto-, combatir el narcotráfico, reconocer y reparar a las víctimas, así como garantías para la participación política de los futuros excombatientes.

Sin embargo, sectores encabezados por el expresidente Álvaro Uribe se opusieron al acuerdo, alegando que los rebeldes podrían aspirar a cargos públicos sin pagar un mínimo de cárcel por sus crímenes.

El pacto de La Habana establece que los responsables de delitos atroces, tanto guerrilleros como militares y civiles, que confiesen sus actos y ayuden a reparar a las víctimas podrán evitar la cárcel, y cumplir penas alternativas de reclusión.

Con AFP

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