Coronell usa ese término para referirse a Acero Pinto por dos transacciones relacionadas con el expresidente de la Corte Suprema de Justicia Leonidas Bustos.

Bustos, cabe recordarlo, es señalado de pedir plata para favorecer a procesados por el alto tribunal.

Acero Pinto, el pasado 4 de septiembre, reconoció en Blu Radio que prestó su nombre para que el expresidente de la Corte Suprema comprara un BMW.

En 2013, Bustos le pidió a Acero Pinto que le traspasara los papeles del carro a Luis Gustavo Moreno, el corrupto exfiscal anticorrupción capturado por aceptar un soborno del exgobernador Alejandro Lyons.

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Sobre este fiscal delegado ante el Tribunal Superior, Daniel Coronell hace un recuento de una especie de cadena de favores.

Acero Pinto, explica Coronell, ha favorecido al magistrado del Tribunal Administrativo de Cundinamarca José María Armenta con decisiones sobre un proceso por unos predios que se apropió Armenta.

La Fiscalía intentó sacar del cargo a Acero Pinto, pero Patricia Manjarrés (magistrada compañera de Armenta en el tribunal de Cundinamarca) falló una tutela a favor de él y ordenó que lo restituyeran en el puesto, añade el periodista.

El año pasado, el Consejo de Estado revocó la decisión de Manjarrés, pero Acero Pinto presentó una demanda con la que logró permanecer en el cargo gracias a una medida cautelar.

“La medida fue apelada y llegó para decisión a una sala del Tribunal Administrativo de Cundinamarca de la que hace parte –¿adivinen quién?– el señor magistrado José María Armenta”, explica Coronell.

La Fiscalía interpuso una recusación para que Armenta y sus compañeros de sala se declararan impedidos de tratar el caso de Acero Pinto, pero, mientras tanto, este último archivó la investigación contra Armenta, relata Daniel Coronell.

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