Además, a pesar de la alta cifra ofrecida –parte de los 90 millones-, a la mujer no le interesó entrar a ese mundo.

Entonces, para solucionar el problema, pues el mexicano ya le había hecho un anticipo de 20 millones, el proxeneta le pagó a un conocido, el prestamista (el hombre asesinado en la discoteca), para que la secuestrara y la hiciera abortar.

Para infortunio del proxeneta (perteneciente a la comunidad LGBTI), el prestamista contratado para el secuestro y el aborto conocía a la mujer y su pareja, y los alertó de lo que pasaba, así que les sugirió perderse por un tiempo.

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Pero la versión que el prestamista le contó al proxeneta es que el secuestro y el aborto sí se habían realizado, con tan mala suerte que este último se encontró a la mujer en plena calle y luciendo su avanzado embarazo.

Al ver la traición del prestamista, el proxeneta pidió el consejo de un pastor cristiano exconvicto, quien le sugirió contratar a un sicario que había conocido en la cárcel para que cobrara las cuentas al prestamista.

El sicario cumplió su misión y mató al prestamista en la discoteca.

Para simplificar y entender el rollo, hasta aquí se han omitido nombres, pero el Fiscal 11 de la Unidad de Reacción Inmediata (URI), el juez 19 penal  municipal, con funciones de control de garantías de Barranquilla, los tiene todos, y este martes a las 2 de la tarde se hará la imputación de cargos, de acuerdo con el portal Zona Cero.com.

Zona Cero, que tuvo acceso al expediente, identifica al presunto proxeneta como Danilo Rafael Daza Maestre, quien

“maneja una red de prostitución de corte internacional, en la que ofrece los ‘servicios’ de jóvenes modelos y niñas hermosas, por las que cobra desde 3 millones de pesos hasta 90 y 100 millones”.

Daza Maestre ya tenía clientes internacionales, entre otros países, en México, Estados Unidos, Panamá y países del Medio Oriente.

“En algunas ocasiones las acompañaba hasta entregarlas al cliente y luego regresaba con ellas. Por sus gastos de ‘representación’ cobraba a veces hasta más del 50 % del monto acordado”, agrega Zona Cero.

Por las cifras mencionadas en el caso, se trataría de una red de prostitución de alto nivel, donde eventualmente se conocerían las identidades de los clientes.

El dato de los 90 millones por los que se habría negociado a la mujer con el mexicano, en diciembre de 2016, lo publica el periódico El Heraldo de Barranquilla, pero Zona Cero dice que eran 80 y un carro Lexus.

Jhon Carlos Fontalvo Donado, alias ‘el Jhonky’, fue el contratado para secuestrar a la mujer y hacerla abortar y, como si lo hasta aquí narrado no fuera lo suficientemente sórdido, se comprometió a darle un medicamento oral e introducirle otro por la vagina.

El pastor al que acudió el proxeneta en busca de ayuda es Andrés Adolfo Villamizar Gómez, quien estuvo 2 años en la cárcel por el intento de secuestro extorsivo de un ganadero.

Villamizar, en compañía de Daza Maestre, le hizo el reclamo a ‘el Jhonky’ en una discoteca en febrero de este año y le pidió devolverle la plata que le había pagado a este último, para responderle al cliente. ‘El Jhonky’ aseguró que había cumplido lo pactado, pero que no sabía qué había pasado.

“Eso sería la sentencia de muerte para ‘Jhonky’. Andrés Villamizar –persona muy cercana a Daza- contactó a un sicario que conoció cuando estuvo preso en la cárcel Las Mercedes, de Montería, y lo llevó hasta Barranquilla para que acabara con la vida del prestamista”, dice El Heraldo.

El día del crimen, el proxeneta, Daza y el pastor Villamizar llegaron en compañía del sicario a la discoteca, donde le identificaron a su objetivo.

Cuando ‘El Jhonky’ fue al baño, el sicario le propinó 2 tiros, y murió horas después en una clínica de la ciudad.

En el caso hay muchos interrogantes, que seguro saldrán a flote en los próximos días: ¿cómo seleccionaba el proxeneta a las mujeres que ofrecían a sus clientes? ¿Hace cuánto tenía el negocio? ¿Quiénes eran los clientes que pagaban cifras tan elevadas por mujeres en el país? ¿Quién es el mexicano?

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