Así lo asegura una investigación de El Espectador, que plantea que es posible que se trate de una pirámide.

“Los promotores de la iniciativa, identificados como Diamante o Zafiro por el nivel de ventas, se convierten en la cabeza del negocio. Ofrecen kits entre 17 productos derivados del Zrii. La inversión va desde los $300.000 a los $3 millones. Pero el beneficio mayor se obtiene si el promotor trae nuevos clientes. Una usuaria del negocio lo explicó. Al nuevo afiliado se le crean dos brazos. Uno derecho y otro izquierdo. Al primero se le incorporan clientes por los que se les paga hasta $600.000, y así sucesivamente. Cuando se trata del izquierdo se les paga la mitad, porque son clientes que son referenciados por otros usuarios, que permiten adherir y equilibrar el brazo del usuario”, dice El Espectador.

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El papel de Robayo consiste en asistir a eventos en los que promociona las virtudes del producto, diciendo –por ejemplo- que con él se recupera más rápido que sus compañeros en los entrenamientos, a quienes se lo recomendaría.

Lo cierto es que el Invima ya emitió un concepto en el que dice que el Zrii, una fruta de la India que es el principio activo, no tiene beneficios para la salud.

Y el abogado de Robayo, Luis Carlos Serrano, le aconsejó no referirse al tema. “Él simplemente lo consume”.

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