Por ejemplo, el general Gustavo Matamoros Camacho, jefe de operaciones del Ejército, le dijo a la Fiscalía que en 2008 le reportó al general Mario Montoya que “se estaban causando más bajas a milicianos con arma corta que a encuadrillados con arma larga”, cita la ONG.

Matamoros, además, afirmó que los presuntos guerrilleros muertos no estaban siendo identificados, sino que se presentaban como NN.

Esto, según Human Rights Watch (HRW), indicaría que Montoya conocía irregularidades relacionadas, al parecer, con ejecuciones extrajudiciales.

Pero eso no fue lo único que dijo Matamoros en relación con el excomandante del Ejército. De acuerdo con la ONG, el exjefe de operaciones declaró lo siguiente:

“Si alguien estaba enterado de todo lo que estaba pasando era el General Montoya. A pesar de que digan que él no sabía nada, si alguien no le llegaba a reportar a él… ese tipo firmaba su sentencia de muerte prácticamente…

“De tal manera que a él se le informaba absolutamente de todo y él estaba al tanto de absolutamente todo”.

De otro lado, añade HRW, hay evidencia que muestra que el general (r) Montoya presionaba para aumentar la cantidad de bajas en combate.

Por ejemplo, según la declaración del general Jorge Arturo Salgado Restrepo, actual comandante de la Séptima División del Ejército, Montoya exigía, incluso, que las muertes de guerrilleros “tenían que ser iguales o superiores” a las de un año antes.

Además, Salgado, consultado por la Fiscalía, respondió que el excomandante del Ejército no hacía actividades para verificar que las bajas fueran muertes legítimas en combate y aseguró que hubo una orden de Montoya para incinerar copias de la directiva que establecía incentivos por mayor número de bajas.

Mario Montoya fue comandante del Ejército entre febrero de 2006 y noviembre de 2008.

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