Las manifestaciones de rechazo por la obra empezaron este jueves sobre las 5:30 de la mañana cuando un grupo de al menos 30 personas se sentó en la vía por donde pasaba la retroexcavadora, motivo por el que los trabajadores tuvieron que frenar la maquinaria y pedir ayuda de la policía, informó El País.

Además, otros vecinos se unieron a la protesta en la calle mientras que dos mujeres se amarraron a un árbol.

Lo que empezó como un tema pacífico terminó convertido en un ambiente de tensión, ya que según el medio regional la presencia del Esmad alteró a los manifestantes.

“Metrocali nos va a hacer un gran daño al humedal. No podemos permitir este tipo de atropellos. Estamos de acuerdo con el progreso de Cali, pero pedimos la reubicación de la terminal ya que nos va a acabar con el bosque seco”, afirmó una de las habitantes del sector, citada por Caracol Radio.

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Si bien líderes del sector como la presidenta de la JAC de Urbanización Lili, Rocío Ruiz, aseguran al medio regional que la obra destruye “60.000 metros cuadrados de zona arbórea que son un pulmón que ayuda a contrarrestar los gases de benceno que emite el antiguo basurero de Navarro y son cancerígenos”, otros habitantes se muestran de acuerdo con la construcción.

Esto, según la emisora, porque la terminal del Mío podría descongestionar el sector y agilizar el tráfico vehicular.

Metrocali, por su parte, asegura que la construcción cuenta con todos los permisos de ley, y que pese a la resistencia de algunos habitantes las obras están proyectadas para que arranquen el próximo lunes 28 de agosto.