Así lo asegura la columnista de la revista Semana María Jimena Duzán, que recuerda la promesa del candidato del uribismo de eliminar la dosis personal si llega a la presidencia.

Duzán se tomó la molestia de asistir a la carpa de Échele Cabeza en el Estéreo Picnic y contó cómo la sorprendió encontrar que frente a ella había fila de jóvenes, que llevaban una muestra de la droga que iban a consumir para que les hicieran prueba de calidad.

“Si es de buena calidad, ella (una psicóloga) se toma el tiempo para explicarles lo que les va a pasar, lo que van a sentir y los efectos que tiene. Si es de mala calidad les explica los peligros que pueden traer para la salud”, dice Duzán en la revista que comenzó a circular.

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Iván Duque, así como el Fiscal General, Néstor Humberto Martínez, quieren desmontar la dosis mínima, incluso contra las decisiones de la Corte Constitucional, cuyo fallo sobre el tema consideran de izquierda.

La única manera de cumplir con esa promesa es que Duque desconozca a la Corte Constitucional.

Duzán remata su columna diciendo que hoy hay un riesgo muy alto de morir si se consume una pepa de mala calidad (les meten hasta analgésicos para animales), y que la situación se podría agravar si vuelve la prohibición.

“Si las dosis mínima se prohíbe, este tipo de asistencias serán más difíciles de dar y los consumidores ocasionales tendrán acceso a drogas más cortadas (alteradas, rendidas con porquerías) y de menos calidad”, dice.

¿Será que alguno de los candidatos propone extender la iniciativa de Échele Cabeza a todos los rumbeaderos de las grandes ciudades?