Es argentino, y no le pesa para nada llevar el rótulo de ser el creativo más apetecido en la industria de la publicidad.

Es también un filósofo de su profesión que ha dicho que cuando la actividad creativa se hace más interesante es cuando “existen determinadas compañías que tienen la voluntad auténtica de generar vínculos sinceros”, señaló al diario La Nación de Argentina.

Tal vez por eso y porque a Bayala lo mueve una especie de esencial interés humano, aceptó la invitación que le hizo Francisco Moreno-Ocampo de la fundación El Arte de Vivir, para sentarse con guerrilleros, a expensas del rumor de la selva,  a escuchar sus historias acerca de la guerra y la vida durante la décima conferencia de las Farc que se desarrolló en los llanos del Yarí, en el Meta.

Yo percibí en las Farc intenciones francas de restablecer un diálogo con la sociedad y, si eso existe, la única manera de hacerlo es primero que todo pidiendo perdón simple, directa y honestamente. Es posible que Colombia sea el precedente más positivo de reconciliación de una manera que puede ser ejemplar”, señaló al diario El Espectador.

Pero para no generar suspicacias o informaciones tendenciosas, Bayala aclaró a la periodista Diana Durán que no estuvo en Colombia para colaborar en las comunicaciones de las Farc, porque nunca ha sentido interés hacia la propaganda política.

El publicista, que llegó a ser el director creativo global de Nike Fútbol, observó que la guerrilla colombiana tendrá que “reconstruirse temporalmente”, porque “hablan como si estuvieran a principios de los 70, en la guerra de Vietnam, en la Europa del Este comunista”, subrayó al diario capitalino.

Una precepción que también comparten otros observadores internacionales que estuvieron en los campamentos que la guerrilla levantó para socializar los alcances del primer acuerdo firmado en Cartagena el pasado 26 de septiembre.

La ambición de Bayala es la de llevar sus ideas creativas hasta el mercado asiático, establecer sus bases en Asia, Seúl y Tokio, y hasta sueña con asesorar al papa Francisco. Sin embargo, lo que aprendió en Colombia es que, si bien existe un camino ya recorrido, todavía son más las historias oscuras, que aquellas que generan cambios en la confianza de la sociedad, indicó al periódico.

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