“’Popeye’ nunca fue un tipo importante en el cartel de Medellín. Fue más bien un secretario personal y un juglar, un tipo que lo divertía, no un general como ahora se vende. Popeye idolatraba a Escobar, un delincuente disfrazado de bandido popular, digno representante del enriquecimiento fácil, de la trampa, del ascenso social como sea, del miedo y del terror como forma de sobrevivir, y alguien que enfrentó al Estado como nunca nadie lo había hecho. Y Popeye, testigo de lo que sucedió, así muchas veces invente lo que ocurrió, es un digno representante de la posverdad, que cautiva a miles con mentiras, y de esa sociedad oscura que busca justificar su existencia como una parte importante del país”, dice citado por Semana.

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Su activismo en redes sociales, donde se presenta como “exbandido en busca de una nueva oportunidad en la sociedad, activista político y defensor de derechos humanos” podría terminar los próximos días por la petición de la Fiscalía de suspender su libertad por haber incumplido compromisos cuando salió de la cárcel.

Popeye estaba en la fiesta del narco ‘Tom’ cuando las autoridades lo capturaron.

No es la primera vez que alguien duda de que Popeye haya sido un general de Pablo Escobar.

En julio del 2016, Maritza Neila Wills, su ‘biógrafa desautorizada’, dijo que alias ‘Popeye’ había exagerado su papel en el Cartel de Medellín, y Colombia le ha comprado la idea de que Pablo Escobar era el hombre fuerte.

Para ella, en realidad, el duro del cartel era Gustavo Gaviria.

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