Así lo afirmó María Antonia García en una columna de opinión publicada en la versión digital de ‘The New York Times’.

García se hizo ‘célebre’ en Colombia por sus desafortunados trinos contra el cantante el día de su muerte, y por una larga historia de matoneo e intolerancia que quedó al descubierto en su cuenta en Twitter. Pero también por su memoria selectiva a la hora de recordar si había agredido a alguien en redes sociales, entrando al terreno de la injuria y la calumnia.

“Qué falta de todo, llorando la muerte del hijo de un asesino. Colombia está en el séptimo círculo del infierno de los valores morales”, dijo en su cuenta en Twitter.

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Al ser cuestionada por sostener que los crímenes de sangre existían (que uno es responsable de lo que hayan hecho sus padres), calificó ese trino como una “reacción emocional”, pero esta le duró tanto que no fue el único:

“Nunca sentiré empatía por un asesino ni su parentela. Solo lo haré por las víctimas y los oprimidos. En Colombia somos expertos en endiosar a los asesinos y en acosar a las víctimas. Nunca seguiré ese juego macabro”.

Pero en la columna de ‘The New York Times’ no hay un reconocimiento explícito de que esto haya sido un error. Amnesia completa. En su lugar, más de lo mismo: el intento de amarrar los feminicidios a la muerte del cantante, pero de una forma velada, cubriéndolo de aparentes elogios.

Además de aquel de que “Martín Elías trató de dejar en el pasado la huella criminal de su progenitor con un comportamiento ejemplar, como padre de familia y como artista”, dijo que “el muchacho recogió los méritos artísticos heredados del patriarca tomando distancia de sus famosos excesos de drogas y alcohol”.

Queda el sabor de que dice lo mismo que en sus desafortunados trinos, pero para una audiencia más selecta, como la de ‘The New York Times’

Como si la conexión entre el cantante y los crímenes de su padre no fuera lo suficientemente reforzada e injusta, García trató de encontrar una coincidencia inexistente entre la fecha de la muerte de este con la de Doris Adriana Niño (por su muerte Diomedes estuvo en la cárcel), cuyo aniversario se cumple en mayo.

Y como nadie más que ella hizo la conexión, concluye, “los medios omiten de forma sistemática los feminicidios a pesar de que los casos se cuentan por cientos al año”, que los medios son indiferentes ante ellos, y que los medios tienen responsabilidad directa por “sucumbir a la idolatría de Diomedes en el Caribe colombiano”.

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