No obstante, el debate realizado este jueves en la emisora tuvo poco de debate y muchos agravios entre los dos interlocutores, tanto así que cuando se apagaron los micrófonos hubo incidentes con escoltas, con celulares decomisados, con Vicky Dávila en medio de los dos hombres para evitar una confrontación física.

Abelardo de la Espriella, gran argumentador como todo abogado de prestigio, hizo del espacio una caldera de agravios gracias a su vocabulario que pasaba de lo locuaz a lo barriobajero, sin filtro, sin que le importara que tenía un micrófono por el que lo escuchaban miles de oyentes y una cámara que transmitía el famoso ‘Facebook live’ de Vicky Dávila.

Ávila, ni corto ni perezoso, se defendió sin caer en el insulto, pero no dejó de provocar a De la Espriella, que incluso dijo que lo tiene demandado.

¿Pero qué fue lo hizo que Vicky Dávila, con su experiencia y autoridad dentro de la cabina, no  pudo controlar a sus panelistas? Aquí varios apartes del ‘debate’.

“Fíjese una diferencia entre usted y yo. Usted es el que se sienta con parapolíticos a defenderlos, yo no”, dijo Ariel Ávila luego de que el abogado le dijera que era amigo de las Farc.

Minutos después el columnista mencionó uno de los beneficios de la paz tras la firma del Acuerdo con las Farc. “En el peor año [del conflicto] tuvimos a más de 1.200 personas afectadas por minas, sin piernas, sin manos, sin testículos, hoy el pabellón del hospital militar está vacío”, dijo Ávila, a lo que De la Espriella respondió:

“Claro, el mequetrefe, el mentecato que tenemos como Ministro de Defensa no deja salir a la tropa”.

Y continuó: “Lo que pasa es que tú vienes aquí a ponderar que eres un independiente y resulta que el parapeto ese que tienes tú de fundación, arcoíris o no sé cómo demonios se llama, es un grupo de enmermelados al igual que el señor León valencia, que han recibido contratos del tartufo que hoy nos dirige como Presidente, afortunadamente hasta dentro de 20 días”.

A partir de ahí se dejó de opinar en el programa y se tornó en una discusión personal. El abogado con el impecable traje –posiblemente de miles de dólares-, insinuó que a Ávila le “ha caído” mucha plata de los contratos que le dio Santos para defender la paz. A lo que el subdirector sugirió que se hiciera una auditoría para que se revele quién tenía ‘dineros sucios’ entre los dos.

“¿Tú estás diciendo que yo tengo dineros sucios?”, dijo De la Espriella. “Es que no eres ni siquiera varón para aceptar esas vainas”, remató.

Mientras tanto, Vicky Dávila trató infructuosamente de “seguir” el debate inicial. Fue entonces cuando pasaron a hablar de la JEP.

“El país no puede olvidar que la JEP es una imposición de la guerrilla al gobierno de Juan Manuel Santos, que no encontró mayores reparos que entregarle el país al terrorismo. Así de elemental, para trascender con su cuento del Nobel y por su vanidad, por su infinita vanidad”, dijo el abogado con vida de billonario.

Tras decir que la JEP es una institución donde el 90 % de quienes la componen están “ideologizados” y que su propósito es “exculpar las atrocidades de la guerrilla” y “humillar a los militares llevándolos a reconocer crímenes que no hicieron”, el prestante abogado se despachó contra el presidente de la Comisión de la Verdad, Francisco de Roux.

“Salió este cura degenerado de Francisco De Roux, de la Comisión de la Verdad, ¡a pedir información reservada de la inteligencia del Ejército de Colombia!”, afirmó.

El artículo continúa abajo

Y Ávila, que no gritaba pero estaba visiblemente alterado, respondió: “tengo toda la confianza en el padre Francisco de Roux; en su programa de desarrollo y paz del Magdalena medio, las vidas que ese señor salvó… yo creo que discutir sobre el padre Francisco de Roux es muy grave, lo que pasa es que él [De la Espriella] es bueno pa’ gritar y para decir que va a demandar a todo el mundo”.

Lo que vendría después haría que Vicky Dávila le diera golpes a la mesa de trabajo y mandara a comerciales para ponerle fin a esta discusión.

“Vicky, grábese esta fecha que le voy a dar: 27 de septiembre de 2008. Una entrevista que hizo Gustavo Gómez al abogado Abelardo de la Espriella. Mira lo que dice Abelardo: “Mancuso dio una lucha que hemos debido dar todos los cordobeses”.

Abelardo de la Espriella manoteaba y empezó con las descalificaciones personales:

“Espérate ‘Mini Me’ (como el villano de la película Austin Powers) de León Valencia, eres un ‘Mini Me’ de León Valencia” (el director de Paz y Reconciliación).

El abogado no negó lo que dijo en la entrevista con Gustavo Gómez, y hasta justificó las razones por las que él mismo tomaría las armas. Y continuó enajenado: [Avila] “está patrocinado por el gobierno, el gobierno se encargó de fletar a este tipo de organizaciones, no sé cómo se llama la de él, arcoíris o no sé qué puñeta, y también a periodistas”.

Cuando Ariel Avila dice que los paramilitares no solo se equivocaron en el delito del narcotráfico, sino también en los descuartizamientos con motosierra y en las violaciones de mujeres, y que él no sería capaz de defender eso, citando el ejemplo que “todas las niñas de 15 años debían pasar por la cama de Hernán Giraldo en la Sierra Nevada de Santa Marta”, Abelardo de la Espriella explotó.

Yo no dije eso, no seas tan imbécil… no seas tan farsante, ¡cobarde! Pero si trabajas con el comandante Gonzalo y eres su émulo. ¡Farsante! y te lo repito aquí y cuando salgamos de micrófonos”, dijo De la Espriella sin poderse quedar sentado.

“¡Usted es un miserable, un eunuco mental!”, vociferó el abogado. Y continuaron los gritos, se apagaron los micrófonos, y llegaron las reacciones de la pelea. Porque no fue otra cosa que una pelea, una pelea con mucho rating, un espacio alejado del periodismo.