Por su parte, las bandas criminales cargan con 2.898 desaparecidos y el Estado con 2.368.

Eso revela el informe ‘Hasta encontrarlos. El drama de la desaparición forzada en Colombia’, preparado por el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) y que será presentado este martes en Bogotá.

En total, indica el informe, en el periodo estudiado (45 años), en el marco del conflicto armado, hubo 60.630 víctimas de desaparición forzada. Eso indica que hasta 2015 hubo una persona desaparecía cada 8 horas en Colombia. Aparte de los responsables establecidos, hubo un número de desapariciones que no pudieron ser atribuidas.

“Esta cifra pone en evidencia la dimensión que alcanzó a tener la estrategia sistemática de los grupos armados para ocultar su violencia”, dijo este lunes a la AFP Andrés Suárez, uno de los relatores del informe.

Según el informe, la desaparición forzada es una modalidad “prevalente” de victimización en el país, pues “por cada persona muerta en una masacre en Colombia, se cuentan cuatro desaparecidos; por cada secuestrado, dos; por cada víctima de mina antipersonal, seis”.

En el país la desaparición forzada empezó en la década de 1970 y “ha cambiado con el tiempo”, aunque sus principales objetivos se han mantenido: “castigar”, “propagar el terror” y “ocultar la dimensión de los crímenes cometidos”, advirtió Suárez.

Los agentes estatales fueron los que comenzaron a usar la desaparición forzada como “herramienta” contra activistas asociados a la izquierda, pero posteriormente se convirtió en un arma tanto de paramilitares como de guerrilleros que afectó a campesinos, sindicalistas, habitantes de calle y comerciantes, explica el documento.

Entre 1970 y 1990 los paramilitares y agentes del Estado tenían la responsabilidad de la mayoría de los cerca de 7.000 casos de desapariciones.

Periodo “más crítico”

El “periodo más crítico” fue entre 1995 y 2006, donde cada dos horas y media en promedio tuvo lugar una desaparición forzada. En dicho lapso se reportaron 32.422 víctimas en 919 de los 1.125 municipios del país.

En esa época creció la desaparición colectiva —de cuatro o más personas—, de la mano de la “expansión” de las ultraderechistas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), creadas a mediados de 1990 para combatir a las guerrillas y desmovilizadas en 2006, agregó Suárez.

“Muchos de sus aliados en la legalidad ejercen presión para ocultar la violencia con el fin de evitar la presión internacional y de la opinión pública. También es una forma de evitar que esta violencia afecte sus propósitos políticos”, sostuvo.

Luego, entre 2006 y 2015, hay un “declive” con 9.549 reportes. Aunque las desapariciones descienden “notablemente”, el crimen sigue cometiéndose principalmente con los grupos surgidos de la desmovilización paramilitar como autores.

Supera a dictaduras del sur

Las más de 60.000 desapariciones, un delito tipificado como tal en 2000, superan al total de las víctimas de este flagelo durante las dictaduras chilena y argentina.

La dictadura militar de Chile (1973-1990) dejó más de 3.200 desaparecidos, según la Comisión de la Verdad, en tanto el régimen militar de Argentina (1976-1983) dejó 30.000, de acuerdo con organismos humanitarios.

En Colombia, del total de víctimas solo se conoce el paradero o estado de 8.122. “Las demás siguen desaparecidas”, sostiene el texto.

“Ha habido un esfuerzo institucional que es insuficiente”, reconoció Suárez.

Colombia registra más de 6,9 millones de desplazados y 260.000 muertos en medio siglo de violencia fratricida, que ha involucrado a guerrillas, paramilitares y agentes estatales.

LO ÚLTIMO