Fueron escasos cinco días de permanencia, durante los cuales fue seguido con atención por los colombianos, que lo buscaron intensamente en las calles por donde pasó, en las presentaciones públicas que tuvo y a través de las redes sociales y las informaciones de los medios de comunicación. Ninguna figura nacional o extranjera ha provocado semejante respuesta de los colombianos. El país, en general, sintió un bálsamo, como si los cinco días en que estuvo el pontífice hubieran sido festivos.

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